《11》

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Después de casi aplastarle la cara a Harry con la puerta, Draco corrió sin mirar atrás derechito hasta su sala común.
Casi gritando la contraseña de la sala, entró corriendo ahogando los gritos de su novio quien había salido tras él segundos después.

Harry llegó cuando la puerta de piedra ya se había cerrado.
Maldijo en voz baja, escuchó a Lucius pero era imposible estar cerca de su Omega y no perder el control. Iban a ser los dos días más largos de su vida.

Llegando a al dormitorio de Gryffindor, Harry se tumbó en la cama sin querer pensar en nada, odiaba esos dos días donde se sentía un animal, aquellos días en los cuales no podía controlarse a si mismo. Los primeros signos del celo se estaban presentando así que rápidamente buscó los supresores que tenía en su baúl y se los tomó.

-¿Empezó tu martirio?.- preguntó Ron levandandose de su cama y sentandose en la de su amigo.

-Vuelve a tu cama Ron, no quiero hacerte daño.

-Estoy marcado, no podrías hacerme nada.-dijo Ron con una sonrisa algo ladina.

"Marcado" esa simple palabra hizo que el niño-que-vivió se imaginase cualquier tipo de escenas con su pareja.

-Oye, ¿Marcaras a Malfoy?.
Esa pregunta lo sacó de sus pensamientos.

-No, solo estamos saliendo un día y no sería... correcto. Agh serán los peores días de mi vida.

-Hasta ahora

-¿Qué?

-Falta que él entre en celo.

Harry volvió a gruñir y le dio la espalda a su amigo.

-Ron vuelve a dormir.

- Descansa y trata de no pensar tanto en él.

Harry suspiró y cubriendose hasta la cabeza trato de dormir.

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Le besaba el cuello, la ropa estaba de más, cada pedazo de tela que se interponía entre ellos dos era la más odiada.

Harry empezó a deshacerse de las prendas que cubrían la parte superior de Draco.
Admiró su cuerpo, que no era ni marcado ni flacucho era perfecto, como debía ser.

-Eres hermoso.- dijo el ojiverde.

-Lo sé.- dijo el platinado con un cierto sonrojo.

Harry empezó a besar el cuello de Draco deleitandose con su aroma.

-Harry

-¿Humm?

-Harry

Su voz se sentía más cerca.

-¡Harry!

El mecionado abrió los ojos, lo primero que vio fue el rostro de su mejor amigo, al cual quiso asesinar por despetarlo.

-¿¡Qué!?

-Oye, tranquilo, deberías agradecerme por levantarte a tiempo ya que con el problema que tienes ahora se te hará más tarde.

-¿De qué estas hablando?

Pero él mismo se dio la respuesta a su pregunta cuando vio el bulto que se había formado entre sus piernas.

Maldijo por lo bajo, ese iba a ser un muy largo día.

Por otro lado las cosas tampoco eran fáciles para nuestro platinado puesto que ya le habían advertido sobre todo esto.

Se reunió con Blaise y Pansy  en la entrada de la sala común para dirigirse a su primera clase, que para suerte suya no compartían con los de Gryffindor.

Tell Me You Love MeWhere stories live. Discover now