a raúl no le gustaba ir al psicólogo.
sabía que era todo por su bien, pero el hecho de tener que estar durante varias horas hablando y contándole sus problemas, pensamientos o preocupaciones a un hombre solo porque su madre pagaba las consultas y le insistía en ir no le gustaba nada.
y ahora se encontraba ahí, sentado delante del mismo hombre, mayor que él, que le repetía que le escuchaba.
todos los días le decía lo mismo. ¿no se cansaba?
"bueno, raúl. ¿cómo estás hoy?", preguntó.
el moreno suspiró. ¿por qué todo el mundo le preguntaba lo mismo?
¿estás bien?, ¿estás bien? ¡estaba claro que no lo estaba! y el hecho de que insistieran con aquella pregunta, de que se la hicieran una y otra vez solo empeoraba las cosas.
le hacía sentirse mal. le recordaba que no estaba bien, le recordaba a sus estúpidas migrañas y su estúpida ansiedad.
no estaba bien.
"se podría decir que no ha sido mi mejor día" susurró, sincerándose. "¿cómo está usted?"
quería saber cómo se sentiría el otro ante la pregunta. ¿era él el único al que le incomodaba aquello? ¿era distinto por eso?
aunque, pensándolo bien, todo el mundo es distinto.
pero él era muy distinto a los demás. era como... distintamente distinto. borja lo llamaría 'único'. él no creía ser único.
"bien" todos estaban bien. ¿era él el único que no lo estaba? "pero cómo esté yo no importa. ¿qué te ha ocurrido hoy?"
raúl rodó los ojos. no quería contarle su vida íntima a aquel hombre, a pesar de que parecía bastante fiable.
"sabes que puedes confiar en mí, lo que tú me digas no saldrá de estas cuatro paredes", dijo.
el moreno sabía que no era verdad. siempre acababa contándole todo de lo que hablaban a su madre, y si él no se lo contaba voluntariamente, ella le iba a preguntar.
aún así, decidió hablar. quizá desahogarse con alguien que parecía tener experiencia en la vida no estuviese tan mal.
"no me porté muy bien con luzu, creo que se ha enfadado conmigo y todo porque fui tan estúpido como para actuar por impulso" comenzó a jugar con las mangas de su sudadera.
el doctor anotó en su cuaderno. "¿qué hiciste concretamente?"
raúl suspiró. "luzu me dio la mano y yo me asusté y la separé, pero no fue intencional. quiero decir, fue todo un estúpido impulso, a mí no me incomodaba aquello en absoluto".
tenía la mirada fija en el suelo. agradecía que la intensidad de su dolor de cabeza no fuera demasiado grande.
"me has hablado de luzu en más ocasiones. ¿quién es?", preguntó sin levantar el bolígrafo de la libreta.
el chico se quedó pensativo por unos momentos. ¿quién era? una persona, estaba claro. pero ¿qué era para él?
lo lógico sería decir que era su amigo. pero ¿debería añadir también que era el chico del que estaba enamorado, la persona a la que más amaba en el mundo?
"es un amigo". mi único amigo. "él siempre me apoya en todo y me ayuda, es de verdad genial" hablaba con timidez, con una sonrisa boba en su rostro.
esta sonrisa no pasó desapercibida para el doctor de luque, que se alegró de tener a fin un tema de conversación que al otro le gustase.
"¿qué sientes hacia él?", preguntó.
raúl se sobresaltó y trató de borrar aquella sonrisa de su cara, algo que era imposible cuando la imagen del castaño estaba grabada en su mente.
"¿a qué se refiere?"
"lo que quiero decir es ¿cuáles son tus sentimientos hacia él? ¿lo sientes como un amigo, o como algo más?" trató de explicar.
"supongo que somos amigos, creo que él lo quiere así aunque no estoy seguro".
"¿tú lo quieres así?"
el moreno se lo pensó por unos segundos. ¿quería ser solo un amigo de ese chico? "no".
pero la cosa era distinta. ¿estaba preparado para ser algo más que un amigo de aquel chico? la respuesta también era no.
por más que lo desease, sabía que era lo mejor.
tener una relación con alguien como él solo dañaría al mayor. si raúl se dañaba a sí mismo, ¡cómo iba a evitar dañar a los demás!
"¿y has probado a intentar hablar con él sobre eso, a decirle que quieres dar un paso más en la relación?", dijo el doctor de luque.
raúl se sorprendió. ¿qué era aquel hombre? ¿su psicólogo o su consejero amoroso? no necesitaba consejos de amor.
además, ¡no todo era tan fácil como lo parecía para quel hombre! él no lo entendía.
borja era el único amigo de raúl, y no se podía permitir perderlo. de esa manera, quedaría completamente solo.
luzu era la razón para sonreír de auron.
sin él, no habría ni rastro de esas hermosas sonrisas en el rostro del moreno.
perder a borja sería el equivalente a perder su felicidad. y necesitaba ser feliz.
"ahora no es eso lo que quiero. necesito arreglar las cosas con él, he sido un idiota" se mordió el labio inferior.
"si eso es lo que te preocupa, hazlo" trató de aconsejar.
"prefiero que no me digan lo que tengo que hacer, ya lo decidiré yo", susurró.
el doctor arqueó una ceja. "oh, vale. cambiemos un poco de tema..."
