raúl escondía su mirada con su mano. no quería que la profesora le viese. no quería que sus compañeros le viesen. por una vez, no estaría mal ser invisible.
miraba su libro de texto, sin leer nada ni seguir la lección. ¿qué le importaba eso? en aquel momento, solo pensaba en arreglar las cosas con luzu.
aquel día el castaño si que había acudido a clases, pero apenas lo había visto en todo el día. solo en las pocas clases en las que coincidían, y solo se habían dicho hola y adiós.
auron no le culpaba. como presidente del consejo escolar, luzu era un chico ocupado. pero sí que le dolía. necesitaba estar junto a él. necesitaba decirle cuanto lo sentía. necesitaba estar entre sus brazos. necesitaba sentirse querido.
en aquel momento podía sentir la mirada del chico que se sentaba unas filas más detrás de él clavada en su cabeza. ¿seguiría enfadado? esperaba que no, se sentía fatal consigo mismo.
miró el reloj, faltaban diez minutos para que aquella clase acabase de una vez. deseó que el tiempo pasara más deprisa, detestaba filosofía con todo su ser.
los compañeros de alrededor se reían de cualquier tontería, probablemente de algo que involucrase al moreno, pero a él no le importaba. ya estaba acostumbrado a aquello.
antes de que se diera cuenta y de que se quedase dormido sobre su brazo, el timbre sonó. todos comenzaron a recoger y fueron saliendo uno tras otro.
raúl se apresuró en salir antes que borja y así poder esperarlo en la puerta.
una vez que estuvo fuera, solo tuvieron que pasar unos minutos para que el de cabello castaño caminara fuera del aula, absorto en sus pensamientos y con la mirada fija en el suelo.
auron lo tomó de la muñeca. "necesito hablar contigo".
la boca de luzu estaba en una perfecta forma de 'o'. asintió y, con una sonrisa, siguió al menor por los pasillos del edificio.
raúl lo llevó hasta el patio. caminaron, atravesando el campo de fútbol y la pista de baloncesto, y llegaron a aquel árbol bajo el cual habían pasado tanto tiempo juntos.
se sentaron a la sombra de éste y se quedaron mirándose en silencio por algunos minutos.
"¿y bien?", preguntó luzu finalmente, arqueando levemente una ceja.
el moreno tomó la mano izquierda del mayor y bajó la mirada, frunciendo el ceño con las mejillas levemente sonrojadas. a borja le sorprendió la acción del menor, pero no dijo nada.
"siento mucho lo del otro día. tú hiciste esto..." señaló sus manos, que permanecían juntas. "...y yo lo rechacé" suspiró y miró los profundos ojos del castaño, aquellos que tanto amaba. "lo siento mucho, yo no quería hacerlo. yo... actué por impulso, y odio haberlo hecho".
"auron, lo entiendo, no-"
"quería decirte que, además de que lo siento, me siento cómodo así... dándote la mano".
observó sus manos por un momento más. después, con sus ojos brillantes, entrelazó sus dedos, disfrutando del tacto de la piel del mayor.
el corazón de ambos comenzó a latir aceleradamente. solo el hecho de tener sus manos juntas les transmitía un montón de sentimientos, les hacía sentirse en casa, a salvo, seguros.
levantaron la mirada para mirarse a los ojos y dedicarse una pequeña pero hermosa sonrisa.
"yo también me siento muy cómodo. no pasa nada, auron".
"entonces, ¿no estás enfadado?" abrió más los ojos, que brillaban.
"no, no podría enfadarme por algo así con la persona a la que más aprecio" le dio un apretón en la mano.
el rubor en las mejillas de raúl aumentó. el chico separó sus manos, esta vez para darle un abrazo al castaño. un abrazo que, gustoso, correspondió.
porque "sentirse bien" era poco cuando estaban junto al otro.
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perdón por tardar en actualizar y perdón porque el capítulo no es muy largo. no tenía inspiración pero ya he vuelto con esta historia. ♡
