Lunes | 14:45

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02.03.20

[Lunes | 14:45]


Alba llegó del instituto y se dispuso a calentar la comida que les había dejado preparada su madre mientras esperaba a que llegase Marina, que hoy se estaba demorando un poco en volver a casa. El microondas dio el aviso de que había terminado justo cuando su hermana abrió la puerta de casa.

—Hola, hermanita. ¿Cómo es que llegas tan tarde? —la saludó con suspicacia—.

—Perdón. Me he quedado un rato hablando con David a la salida —le salió una sonrisa coqueta—.

—Ah bueno, amiga. Ya me vas contando. Vete a lavarte las manos que pongo la mesa.

Alba colocó los platos y la estaba esperando con los codos apoyados sobre la mesa y sus dedos entrelazados a la espera de que su hermana le contase con todo lujo de detalles lo que había pasado con el chico que le gustaba.

—Parece que me vas a hacer un interrogatorio —la vaciló mientras se llevaba una cucharada a la boca—.

—Estás en lo correcto. Suelta por esa boquita.

—A ver, pues le dije a la salida que se esperase para hablar claro con él...

—Y... —la animó a continuar—.

—Pues se lo solté, de golpe. Que me gusta, que llevamos mucho tiempo lanzándonos indirectas y que quería saber si yo a él también le gustaba.

—Y por la carita de felicidad que tenías al entrar imagino que ha dicho que sí.

—SIIIIII —dio palmaditas de alegría con sus manos—. A ver, no hemos quedado en ser novios ni nada de eso. Pero nos hemos besado y hemos quedado en vernos más a menudo y eso.

—¡POR FIN! UN BESITO —exageró su reacción al ser consciente de las ganas que tenía su hermana de que aquello sucediese—.

—De besito nada que casi se ahoga de lo hondo que le metí la lengua —provocó la tos de Alba que se atragantó con la comida al escuchar las palabras tan bruscas de su hermana—.

—¡Pero bueno, Marina! No te veía yo así —rió—.

—Llevo demasiado tiempo aguantándome las ganas.

—¿Y estás conforme con ir de rollo? ¿O tú querías más?

—Por ahora me conformo con lo de rollo.

—Pero si habéis quedado en rollo, no te hagas ilusiones de ir a más. Que luego tengo que recoger yo los pedacitos de tu corazón —le advirtió, sabiéndo lo que podía suceder—.

—Lo sé, lo sé. Pero es que es un cachito de pan, dudo que me lo destroce.

—No digo que lo vaya a hacer apropósito. Puede hacerlo sin quererlo.

—Vale, lo pillo, no me hago ilusiones.

—Eso es. Me alegro por ti, hermanita.

—Y tú con la narcotraficante, ¿qué tal? —cambió de dirección la conversación—.

—¡No la llames así! Ni se te ocurra decir ni una palabra que la metes en un buen lío.

—Que sí, que soy una tumba. ¿No hay novedad hoy?

—Pues hoy nos hemos visto en clase. Nos han dado las notas del examen para el que estudiamos juntas, y hemos aprobadas las dos —sonrió al recordar la cara de alegría de la morena al ver su nota—.

—Bueno, digo yo que eso habrá que celebrarlo —movió las cejas sugerentemente—.

—Yaaaaa. Este sábado a lo mejor salgo con ella al botellón que va a haber del instituto.

—¿En serio? —se sorprendió—. Ya sabes cómo es mamá para esas cosas. Te recuerdo que un día yo llegué un poco más tarde de la hora y me llevé una buena bronca. Y eso que no había bebido ni nada.

—Ya, pero solo se es adolescente una vez en la vida. Si no voy a botellones ahora, ¿cuándo voy a ir? ¿Cuando tenga cuarenta? —se quejó—.

—Madre mía, cómo te ha cambiado la macarra. Tú siempre me habías dicho que no hacía falta beber para divertirse.

—Y lo sigo pensando. Pero solo quiero probar la experiencia. Llevo demasiado tiempo siendo la niña buena, Natalia solo ha dado el empujoncito que necesitaba para dar el primer paso —se justificó—.

—Efectivamente, estás encoñada perdida. Yo te animo a ir, pero que te sea leve la bronca de mamá.

—Bueno, quien no arriesga no gana. Y tú ya me dirás cuándo quieres que te deje la casa sola con David —volvió a picarla con el tema—.

—Poco a poco, ya te avisaré.

SKAM AlbaliaWhere stories live. Discover now