Caricias

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Cuando entramos al departamento lo primero que hizo fue abrazarme por la espalda y besar mi cuello.

- ¿aún sigues enfadada?

- no - conteste seca

- vamos, no soporto que estés así - me siguió dando pequeños besos, cosa que no había pasado, siempre nos limitamos a besar nuestros labios o mejillas

- ya basta Jimin, solo quiero estar sola - apreté mis manos

- ¿quieres que me vaya de nuevo a Japón? - me dio la vuelta para que mirara mejor sus pucheros - lo puedo hacer si eso quieres

- claro que no - por inercia tome la manga de su camisa reteniendolo - no tienes que irte

- entonces no estés enojada - me tomo de la cintura y volvió a besar mi cuello

- Jimin..

- no me gusto que te vieran otras personas, esa maldita blusa se transparento con el agua - jugo con los botones de mi blusa

- ¿qué haces? - comencé a avergonzarme de la forma en la que me tocaba

- realmente estoy celoso, solamente yo debería verte, soy tu prometido 

Antes de que hablara me besó en los labios, lentamente fue profundizando el beso con su lengua y su manos comenzaron a acariciar mi abdomen. 

No pude decir ni una palabra, no es como sino quisiera que pasara, obviamente desde el día que lo miré sin camisa comencé a sentir esa sensación.

Y antes de que me quitara la blusa el timbre sonó, Jimin trató de no poner atención y me llevó hasta el sofá cayendo arriba de mi.

- hermano - Hye tocaba la puerta

- ¿es enserio? - dijo con fastidio

- yo.. iré a cambiarme - desvié mi mirada y cubrí mi cara claramente ruborizada

- si, ya abriré la puerta - también tiene sus mejillas rosadas

No evite sonreír y lo empuje con diversión para poder salir del sofá, este también sonrió, cuando llegue al cuarto me apresure en cambiarme de ropa, estuve apunto de salir hasta que escuche la discusión de ambos atraves de la puerta.

- ¿qué haces aquí?

- ya te dije que quiero pedir disculpas

- has hecho suficiente el día de hoy, largo de aquí

- no puedo irme sin hacer eso

- ¡ya basta! Por tu culpa discutimos y no sabes lo enojado que estoy contigo

Por inercia solté la perilla de la puerta y lo primero que pensé fue huir, no quiero tener que mirar la cara de esa chica, yo se que solo vino para sacarme de quicio otra vez. 

- ¡Ginebra!, ¡tenemos que hablar! - comenzó a gritar

- ¿puedes callarte ya hermana?

Como en los viejos tiempos, abrí la ventana pero ahora no tengo una enredadera por la cual bajar, tuve que saltar hasta una pared y caminar con cuidado hasta poder irme.

...

Pff, este capítulo también es muy corto, perdónenme amores míos, pronto subiré otros más ♡

Gracias por leer, les amo.

ᶜᵒʳᵃᶻᵒ́ᶰ ᵈᵘʳᵒ ² ⁻ ᴹᶤᶰ ᵞᵒᵒᶰᵍᶤ Where stories live. Discover now