A mi corazón lo encerré en un tarro de cristal.
Le corté las arterias para que no hubieran nuevos retoños.
Le vacié el interior y lo llené de grava para evitar que nada viviera.
Le sellé con cintas negras la tapa.
Y aun así,
y solo un mes después,
habían florecidos amapolas, jazmines y girasoles.
Habían mariposas metamorfoseándose en la grava,
y pequeñas abejas revoloteaban y se posaban en el cristal.
Por lo visto mi corazón siempre encuentra el medio para no marchitarse.
Culpa mía por enseñarle a vivir.
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"Poesía de otoño"
PoetryNo esperes encontrar al amor o al odio entre mis versos, ni a ningún sentimiento tan complejo, pues no soy más que una mente inmadura, la mente de una joven nacida en otoño; y mis versos han de ser un reflejo de mí. «Un mes entero d...