Posó su mano en su cabello; sus rizos dorados se escurrían de sus dedos. Dos ojos desconsolados la observaron callada, ausente, en silencio divino.
Una melodía emanó de sus labios como una despedida póstuma, y sus oídos, cercanos a la tierra, moribundos y esperando ansiosos por retornar a esta, pudieron escuchar por primera vez el canto de las hormigas.
Canta verde mar, de algas y coral.
Dulce amanecer, flor en vendaval.
Sufre una vez más, un último empujón.
Mañana muy temprano, todo ha de terminar.
Tu dolor y tu llanto, pronto se han de acabar.
Un fantasma azulado ha de ocupar su lugar.
Y tus rizos dorados se han de volver de cristal.
Canta rosa moteada, de mariposas y abejas.
El sonido de las aguas y el sabor de una cereza.
Ríe una vez más, una última sonrisa.
Mañana al despertar, sin labios has de estar.
Tu alegría y regocijo, cerca están de culminar.
Las hormigas en el fango, reirán en tu lugar.
Y una columna de humo, en tu tumba se alzará.
Por aquellos que has amado, y aquellos que olvidarán,
Aquellos que eran recuerdos incluso antes de iniciar.
Por aquellos que vilmente nuestra alma han de expiar,
Por aquellos que esta noche, nuestro cuerpo han de enterrar.
Sus ojos se cerraron, sus párpados se calmaron; se veía tan serena, como si un sueño profundo la hubiese domado, pero algo advertía del deceso esperado, las hormigas en la tierra, sus cantos han culminado.
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"Poesía de otoño"
PoetryNo esperes encontrar al amor o al odio entre mis versos, ni a ningún sentimiento tan complejo, pues no soy más que una mente inmadura, la mente de una joven nacida en otoño; y mis versos han de ser un reflejo de mí. «Un mes entero d...
