Capítulo 3: Amores

943 26 7
                                    

Eva

Llevo demasiado tiempo queriendo entrar a este campamento musical y por fin estoy aquí. No puedo con la alegría en mi cuerpo y estoy desando conocer a mis compis de cabaña. Todo va sobre ruedas pero las cosas se tuercen, o quizás no sea esa la palabra, cuando me encuentro cara a cara con mi ex. Me mira boquiabierto y sorprendido. Está claro que ni él ni yo sabemos cómo reaccionar, pero al final no podemos evitar sonreírnos y fundirnos en un fuerte abrazo.

―¡Nick! ―Exclamo tras separarme de su abrazo―. ¿Qué haces aquí, tesorete?

―¡Tía! Pues estoy aquí en el campamento. No me jodas que tú también... ¡Cuánto tiempo!

―¡Sí! Madre mía, han pasado un par de años y estás igual de guapete, ¿eh?

―Pues anda que tú... Chica, sigues igual de maravillosa.

―Lo sé, lo sé ―presumo en broma y ambos acabamos riéndonos.

Nick no solo es mi ex, sino que por un tiempo fue uno de mis mejores amigos. Sin embargo, cuando me mudé me distancié de todo el mundo a quien conocía, incluido él.

―Oye, después vamos a hablar y ponernos al día, que voy ahora a ver dónde está mi cabaña y a llevar la maleta, ¿vale? ―Digo señalando una gran maleta.

―Por supuesto, tía, tenemos mucho tiempo para ponernos al día ―nos fundimos en un nuevo abrazo antes de marcharme a la cabaña que me han dicho en dirección.


Anne

No hay nadie en mi cabaña y he puesto la música a tope mientras finjo que canto con el mando del aire acondicionado mientras salto de cama en cama. Estoy tan centrada en lo que estoy haciendo que me llevo un gran susto al ver a una chica mirarme desde la puerta. Tiene una sonrisa de oreja a oreja y pone caras muy graciosas.

―¡Me has asustado! ―Exclamo acercándome a ella.

―Podría decir lo mismo, pero en realidad lo único que me has provocado son ganas de bailar ―ríe la chica―. Soy Eva.

―Yo Anne ―nos presentamos con un par de besos.

Mientras esperamos a nuestras dos compañeras comenzamos a conocernos y decidimos compartir armario. La chica es bastante maja y es imposible no llevarse bien con esta chica. ¡Joder! Esta chica enamora.


Flavio

No puede ser que después de mí, haya entrado a la cabaña ni más ni menos que Geràrd. Soy demasiado fan de ese chico. Me encanta escuchar sus covers en Youtube. Parece un sueño pero es real. Lo bueno es que él sabe que le sigo por mi foto de perfil de Youtube y mis comentarios, así que ha sido el primero en reconocerme. Una cosa ha llevado a la otra y aquí estamos, él tocando la guitarra y yo escuchándole. ¿Se puede ser más feliz? No lo creo. A un lado queda el chico que se ha puesto a hacer el pino o el que ha entrado y en menos de un minuto se ha ido. Me da igual todo ahora mismo, escuchar tocar a Geràrd en directo es un sueño hecho realidad.


Geràrd

―Bueno, yo creo que ya es suficiente, ¿no? ―Pregunto soltando la guitarra a un lado de mi cama―. Tenemos todo el verano para seguir tocando.

―Claro ―dice Flavio con una pequeña sonrisa. Este chaval es un encanto.

―Creo que voy a dar una vuelta por el campamento para conocer todo esto mientras se hace la hora de reunión. ¿Quieres acompañarme?

Tras mi propuesta Flavio se pone rápidamente de pie, asintiendo con una gran sonrisa.

―Pues vamos entonces.


Eva

Anne y yo hemos decidido dar un paseo y conocer mejor el lugar. De pronto, mi compañera se para en seco y señala descaradamente a un chico con gafas.

―Tía, tía, ¿a que está buenísimo?

―Bueno, no es para tanto ―digo quitándole importancia.

―¿Que no es para tanto? Está para mojar pan en chocolate. Vamos a acercarnos, ¡ven, ven!


Anne

Sujeto del brazo a Eva y me encamino hacia los dos chicos con intención de presentarnos. Eva y ese chico parecen que son la diosa y el dios del Olimpo que han venido desde el cielo para conquistarme.

―¡Hola, guapetes! ―Digo sonriente, sin soltarme del brazo de Eva pero atusándome con la otra mano el pelo de forma coqueta―. Yo soy Anne y esta es mi gran amiga de toda la vida, Eva. ¿Cómo os llamáis?

―Hola ―sonríe el otro chico―. Yo soy Flavio.

―Geràrd, encantado ―ambos nos saludan con dos besos lo que me hace apreciar el buen olor de este chico.


Geràrd

Eva. Se llama Eva. Me encanta su nombre y como suena. Debe de cantar como los ángeles. Estoy deseando escucharla hacerlo. Observo como la otra chica es la que más habla y le doy conversación, pero mis ojos no paran de centrarse en Eva. Cuando Flavio y yo nos marchamos para seguir viendo el lugar, no puedo evitar contarle como me siento.


Flavio

Vaya, demasiado bonito para ser real. Está claro que no soy su tipo. Conocer a Geràrd ya es de por sí una suerte increíble. ¿Cómo había llegado a creer por un minuto siquiera que podía tener alguna posibilidad con él? Era obvio que no... Menudo chasco. Pero en fin, espero al menos tener su amistad, porque es un chaval demasiado majo.

Verano inolvidableحيث تعيش القصص. اكتشف الآن