¡Queremos Ser Tops! [TWICE] (EDITANDO)

Día 4: #PrayForTzuyusPussy 2/2

Porque ustedes lo pidieron, finalmente está aquí, disfruten.

ADVERTENCIA: Capítulo con alto contenido explícito, leer con precaución.

Nota: Si hay algún "Mina" es porque originalmente iba a ser Mitzu :0 pero lo descarté, así que háganmelo saber para cambiarlo❤️

Sana y Tzuyu estaban sentadas en la manta sobre la arena, sin hacer nada. En silencio, escuchando sólo las olas del mar rompiendo en la orilla y sus suaves respiraciones.

Seguían en la misma posición, Tzuyu sentada en sus piernas descansando su frente sobre la contraria.

Sana se movió un poco y centró su mirada en su novia, siempre miraba a la menor lamiéndose y mordiéndose el labio sólo queriendo causar en ella algo y lo logra, siempre lo logra.

Ahora no era la excepción.

Sana perfectamente cómo serían las cosas: Tzuyu se daría cuenta y sonreiría por cómo está actuando la mayo y solo para burlarse de ella, Tzuyu se movería un poco en el regazo de la japonesa solo para verla y escucharla respirar más pesado.

Tzuyu abrió sus ojos y los centró en los de la castaña. La menor aún tenía su labio inferior prisionero de sus dientes. Sana ladeó la cabeza y entonces notó como los orbes de Tzuyu brillaban de deseo y amor.

La japonesa pronto se dio cuenta de lo que la menor estaba haciendo, así que decidió acelerar las cosas. Con sus manos sostuvo la cintura de la más joven, guiándola lentamente... Moviéndola adelante y atrás en su regazo.

La cara de Tzuyu se calentó en un segundo.

El esfuerzo por tomar el control e iniciativa de la situación desapreció, sorprendiéndose al ver como Sana comenzaba todo.

Sana se sintió orgullosa, era la primera vez que ella tenía el control sobre una - quién lo diría - sumisa Tzuyu.

La nipona ahora era la que sonreía. Estaba satisfecha con la reacción de la más joven. Ella es ahora la dominante y eso la emocionaba mucho.

Tzuyu jadeó y murmuró una maldición, sin contar con el hecho de que eso causaría que un pequeño gemido se escapara de sus lados. Sana se detuvo un momento para burlarse de su novia, haciendo que Tzuyu se quejara.

La taiwanesa no quería admitirlo, pero quería decirle a la mayor cómo necesita que la folle allí y ahora. La menor se sorprendió al tener esos pensamientos, hace meses atrás ni siquiera se hubiera planteado estar en aquella situación.

- Vamos bebé, usa las palabras mágicas - murmuró Sana reanudando lo que estaba haciendo con su novia, guiar los movimientos de sus caderas sobre su regazo.

- N-No me hagas d-decirlo - pidió la morena en voz baja.

- Entonces no te daré lo que quieres - Sana sonrió y Tzuyu jadeó.