La batalla de Dragones

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Spyro esbozó una cara atenta. Acompañada de una leve sonrisa de dientes afilados como navajas, apreciaba el suelo arenoso del estadio, sus escamas púrpuras eran iluminadas de forma dispareja por el ardiente sol. Ignoe lo miraba con la misma expresión contenta, este levantó su mano confiado; mostrándole el pulgar al dragón, Indicando que todo estaba bien con una mirada de ojos escarlatas.

Luego se dio la media vuelta para observar a la dragona violeta y a la joven de cabello corto; blancuzco, el cual era movido suavemente por las ráfagas de viento. Estas colocaron expresiones desafiantes, conforme escuchaban los aullidos de los diferentes Mabus y demás especies en las gradas de ladrillo empedrado. Las dos estaban enfrente de ellos dispuestas a todo.


Cynder: ¡vamos a aplastarlos amiga! —Levantando la pata delantera, mostrando sus dientes afilados como navajas; poseía tres pares de cuernos en la cabeza, los cueles eran deslumbrados de forma dispareja como las placas de un tono morado más claro, que iban desde donde terminaba su cabeza hasta su vientre.

Sierra: ¡Si! ¡Para que esas bestias se coman sus palabras! —Gritó con una cara enojada, la túnica negra que llevaba puesta fue movida de forma errática; cuando manifestó su báculo negro con un poco de energía, la misma lo hizo girar como acróbata, mientras le aparecía el cristal morado en la punta y las alas de murciélago a los lados—. ¡¡Sekiur...!! —Surgieron destellos violetas, estos desaparecieron en la nada, mientras apoyaba el otro extremo de la vara en el suelo.

Spyro: Ha..., Vaya. —Comentó con descaro, dejando ver algunos dientes afilados de gama blancuzca en sus fauces, de estas brotaban gotas de saliva, movió la cola con picardía—¿Les gusta decir tonterías? ¿no? —Alzó la ceja de incertidumbre.

Sierra:—Manifestando enojo movió la cabeza a un lado, dejando que un poco de su cabello caiga y le tape el ojo derecho de iris azulada, brillante por la luz que había en el estadio—. Mira quien lo dice, dragón con aliento apestoso, por todas las tonterías que dices, das asquito.

Ignoe: No me importa, entonces... ¡Les daré de comer al dragón! —Exclamó, señalando a Spyro con la punta del báculo que tenía en mano, los ojos de la enorme cabeza de dragón se iluminaron de un tono rojizo.


No podían evitar mirar el público alrededor, el cual animaba el lugar con gritos emocionados; desde las escaleras de piedra del estadio, se veían además de los Mabus, había también Orcos, Duendes, Elfos, Grifos, dragones... Entre otras especies. Las mismas estaban esperando la batalla.

Spyro:—Con algunas risitas, acompañadas de rugidos leves, siguiéndole el juego al joven de cabello marrón alborotado, comentó—: no gracias, me daría indigestión.

Ignoe: jajaja... —Carcajea con seguridad, se puso en posición de combate atento, a su vez, tanto la chaqueta blanca que llevaba como su pantalón negro, fueron movidas por una ráfaga de viento mientras decía—: Vamos a esperar que empiece.

Spyro:—Agitaba la cola de forma descontrolada, dejando ver la daga amarillenta en la punta, sintiendo el suave y cálido viento en su piel escamosa morada— sí.

Cynder: ja. Se nota que son casi iguales en actitud —Señaló con la pata delantera, mientras tenía las escamas del hocico iluminadas de forma dispareja, inclinó la cabeza con un rugido suave—: Dos pares de machos que se creen tan machos.

Sierra:—Decidida los miraba con un sonrisa, mientras se colocaba a un lado de la dragona violeta, alzó la mano para acariciarle la cabeza—. Así se insulta a dos papanatas, solo hace falta limpiar el suelo con ellos.

Spyro: que amargadas —dijo, dejando escapar humo de sus fosas nasales, puso una cara disgustada; reflejando un aura competitiva, decidió mirar a los escalones del estadio desinteresado.

Skylanders Runer: Mītingu 01Where stories live. Discover now