Chapter 28

358 24 10
                                    

Max

Las vacaciones familiares resultaron mejor de lo que pensé. Ya ha pasado un mes desde aquellas dos semanas en la cabaña, Sebastian, su novia y mi pequeña nieta aún se están quedando con nosotros, al parecer encontrar un lugar acogedor para los tres se ha vuelto complicado ya que Ellis es muy solicitada para hacer campañas de ropa, muchos quedaron deslumbrados con su exótica belleza y la solicitan para modelar, por otro lado Sebastian comenzó la universidad, según me cuenta le esta yendo de maravilla y con sus amigos ha pensado en formar una Banda, no voy en contra de que mi hijo sea músico.

Maxy volvió a Texas, aún no he solucionado las cosas con el ya que aún quiere volver a casa y yo no quiero eso, suficiente tengo con Sebastian aquí, no puedo tenerlos a ambos y menos a Maxy, el necesita concentrarse para poder jugar fútbol, aún no entiende que el será un yo, será como su padre.

Entro al ascensor de la empresa, observo de arriba hacia abajo a esta mujer de test blanca, tiene largas piernas y un escote bastante revelador, su cabello cae en forma cascada a cada lado de sus hombros.

—¿Maximilian?—Dirijo mi mirada hacia su rostro, ella está sorprendida como si me conociera o como si no creyera que yo soy quien está de pie al lado de ella.

—¿Si?—Alzó una ceja confundido.

—¿No me recuerdas? Soy yo Mía.—Abro mis ojos como plato.—Vaya, cuánto tiempo.—Ella me abraza bastante fuerte, aún sigo sorprendido pero rodeó su cintura con mis brazos.

Mía fue mi primera novia, mi primer amor. Ella vivía en Londres y se mudó en Oregón cuando tenía 15, duramos dos años de novios hasta que se fue en el verano antes de que comenzaran las clases del último curso y antes de que yo comenzará a tener interés por Anastasia. Ella me convirtió en un Fuckboy y por eso follaba con todas las chicas que me parecieran atractivas.

—¿Y qué haces aquí en Oregón?—Le pregunto alejándome de ella un poco, vuelvo a verla de arriba hacia abajo y si, ella esta súper hermosa, candente, sexy, toda una casa fortunas.

—Me divorcié.—Dice en un susurro.—Así que volví a Oregon para ver si puedo encontrar empleo.

—¿El divorcio te quitó todo?

—Tampoco teníamos tanto, no todos somos millonarios como usted señor Miller.—Ambos reímos.

La puerta del ascensor se abre y salimos en el piso de la oficina de Ana, vaya...Miren en que piso venimos a caer Justo ahora. Después de que mi esposa salió en la revista Forbes ha generado más dinero del que ya tenia, ha estado muy ocupada y yo he estado ayudándola, al parecer ser una mujer millonaria tiene sus desventajas.

—Vi que tu esposa salió en la revista Forbes.—Dice mientras nos quedamos de pie frente al elevador.—Quien diría que al final si te ibas a casar con ella...Solo tuve que irme para que ambos se dieran la oportunidad.

—Decidiste volver con tu padre a Londres en vez de quedarte en Oregón con tu Madre.

—Sabes bien como me llevaba con mi madre, lo mejor era irme.—Lame su labio inferior.—Pero formaste una hermosa familia con una mujer bastante dominante y ágil. 

—Ana es una mujer digna de admirar.—Sonrió.

—Salió sola en la revista, un icono feminista.

—¿Disculpa?

—Perdón.—Sonríe.—Digo que, la empresa y los millones son de ambos y que ambos debieron de salir en la portada de la revista.

—Todo el patrimonio legalmente le pertenece a ella.

—¿De verdad?

—Si, durante los años que la empresa estuvo en mis manos no tuvo más que pérdidas, ella ha hecho que tenga billones de ganancias en tan solo 15 años. Invertí los millones que me quedaban en la empresa y ella los multiplicó.

La familia Costello Where stories live. Discover now