Chapter 35

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Max.

Frunzo el ceño al ver un par de maletas en la entrada de la casa, mi amada esposa lleva un traje blanco, tacones del mismo color y una coleta desarreglada, sus labios están rojos como la sangre, está radiante, está sumamente hermosa y bueno, ¿Por qué diablos se ve tan bien?

¿Nos vamos de viaje y todavía no lo sé?

—¿Y esas maletas?—Le pregunto desde el instante que llego a su lado, Rylie está frente a ella sosteniendo a Kai mientras que Sebastian sostiene a Teddy.

—Voy a un viaje de negocios.—La miró alzando una ceja.—Estaré aquí el domingo, llegaré para la cena.

—¿Vas?—Le preguntó sorprendido.—¿Y por qué yo no voy?—Ella me mira como si fuese obvio.—Digo, se que ya no formo parte de la empresa pero joder, soy tu esposo.—Me pongo dramático.—Nos vendría bien unos días lejos de los niños.

—Ya tuvieron unos días lejos de nosotros y trajeron un nuevo bebé, si te vas con ella, ¿Que traerán está vez? ¿Una cabra?—Pregunta Rylie molesta.—Que conste que el nuevo bebé me agrada, me parece tierno.

—¿Sigues enojada por haber perdido la competencia de tu madre?—Ella rueda los ojos.

—Se que Sebastian no sabrá manejar la situación y clamará a gritos mi ayuda.—Dice de forma arrogante.

—¿Que desayunaste hoy Rylie? ¿Un plato de arrogancia y un vaso de jugo de veneno y maldad?—Le pregunta Sebastian de mala gana.

—¿Me esperas? Prepararé mis maletas.—Ella niega varias veces con la cabeza.

—Viajaré sola.

—Pero, eso es abandono.—Digo se forma dramática.—No puedes dejarme, estoy embarazado de ti.—Me mira con cara de pocos amigos.

—Cariño, solo serán dos días, estarás bien sin mi.—Incrédulo les señalo a nuestros 4 hijos frente a nosotros.

—¡Tenemos seis! ¡Seis! ¿Me dejarás a solas con seis niños?—Le pregunto asustado.

—4 de ellos ya pueden cuidarse solos, aquí está la niñera, la ama de llaves y los demás pueden ayudar con los bebés.

—¡Mamá no te vayas!—Entra Maxy corriendo, lleva una mano a su pecho y trata de regular su respiración.

—¿Ves? Ni tus hijos quieren que te vayas.

—Yo si quiero.—Rylie levanta su mano libre.

—Si continuas con esa actitud te castigaré hasta que vuelva.—La amenaza Ana, ella rueda los ojos y se queda en silencio.

—Espera, yo si quiero que mi mamá se vaya.—Ella sonríe victoriosa.—Pero no el jet.

—¿Disculpa?

—Es que los chicos y yo queríamos irnos el domingo en la mañana.

—¿Irte sin despedirte de tú madre?

—Mamá, debemos empacar.

—Genial, si tienes tanto afán de irte toma un vuelo comercial.

—Nunca he tomado un vuelo comercial ni siquiera en primera clase.

—¿Por qué nuestros hijos son tan arrogantes?—Pregunto un poco arto de su actitud.

—Ese es el precio que pagamos las parejas como tú y yo.

—Yo no soy arrogante.—Se defiende Sebastian.

—El no es arrogante.—Lo señala Ana encogiéndose de hombros.—Te llamaré casa dos horas para saber de mis bebés, por favor Max, no los mates.—Me suplica.

La familia Costello Where stories live. Discover now