༄Hace años y años en aquellos tiempos donde la realeza era el alma de un pueblo, se encontraba un hermoso y resplandeciente príncipe que estaba a punto de ser sacrificado para ser entregado a su verdadero creador, el señor sol.
「 ¡Bienvenido al apar...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
➳ Título: Aurea Mediocritas (Dorada Mediocridad) ➳ Pareja: JungHope; Jeon JungKook y Jung HoSeok ➳ Advertencias: Contenido sexual. Análisis basados en la astrología. Crisis de identidad. Existenciales. ➳ Extensión: +3897 palabras.
"—¡Háganme caso! ¿O no tiene claro que soy el rey? ¡Háganme caso que soy la ley!"
┊꧁꧂ ┊
Creía, más que fielmente, que aquellas palabras imponentes y llenas de soberbia marcarían el apellido de toda la familia por el resto de la historia. ¿Qué clase de rey enloquecía y decía aquello en plena asamblea? Frente a los súbditos que formaban la corte real; reyes, duques, marqueses, condes y vizcondes de los diferentes reinos de la región. Ese solo podía ser su padre, pero, claro, ¿qué podía saber él, Jung HoSeok, el príncipe de Fatum?
Jung era un apellido fuerte en la época, el más aclamado y poderoso de todos los reinos según su padre, y debía llevarlo al siguiente nivel, lo cual era irónico, porque HoSeok sentía que la forma con que su padre lo intentaba no era la apropiada y le resultaba una mala comedia que le pidiera aquello. Ansiaba entenderlo, como a los otros reyes de ideas similares, pero, ¿qué es lo que le faltaba? Estudiaba mucho, tenía prácticas de esgrima, equitación, oralidad, baile y toda clase de tonterías que un futuro rey debía saber, pero, por cada paso que daba para acercarse a la corona, era uno más lejos del pensar de su padre.
Papá, todo es de papá, eres quién según quienes sean o fueron tus padres en primer lugar. No importa quién seas, cómo, o qué quieras, importa hijo de quién seas, eso es la realeza, eso es la vida. La corona, antes, era una ruleta rusa, dependía de una condición social o personal, no siempre venía de un estamento, de un apellido que sonara bonito. La vida era, y es, extraña al final de todo, todo depende de qué pieza de ajedrez te tocó, o te regala la suerte, para moverte a través de un tablero llamado reino, o vida, ¿qué eres?, ¿el rey o el peón? Tu vida será muy distinta según desde donde te muevas; a algunos les pasan las cosas buenas, otros, simplemente observan.
La gente solía equivocarse cuando hablaban de la realeza, del príncipe o rey. Creían que aquello era sinónimo de libertad, cosa que era muy contraria a la realidad del príncipe. La libertad es una simple ilusión, nadie hace lo que quiere o desea, todos hacemos lo que otros esperan o quieren de nosotros, lo que otros nos hicieron creer que queríamos, que éramos nosotros. Todos somos el dibujo de algún pintor, otro decide qué lugar ocupamos de la pintura. HoSeok creía fielmente que muchos envidiaban su puesto, su apellido, sin saber que él lo regalaría con gusto, si las personas con los más bajos recursos en el reino creían vivir el infierno en la tierra, ¿qué le quedaba a Jung HoSeok? Que siquiera podía pensar o ser por sí mismo. A veces, quería gritar: ¡mírenme! Hasta el hijo de un rey sufre, teme y necesita lo mismo que vosotros; no hay privilegiados, solo hay privilegios.
