einundzwanzig

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Julian

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Julian

Hace aproximadamente una hora habíamos partido a Lanai, una pequeña isla situada a unos 14 kilómetros de Maui.

Íbamos en un yate, descarté la idea de ir en Ferry para tener más privacidad e intimidad y a pesar de ello estaba nervioso por su cercanía, mientras que ella lucía perdida en sus pensamientos a mi lado.

— ¿Cuánto falta para llegar Jule? — preguntó curiosa rompiendo el hielo.

Me fije en el teléfono la hora y calculé.

— Unos 10 minutos.

—¿Estabas planeando secuestrarme dentro del viaje? — rió.

— Se me ocurrió de repente — mentí.

Se limitó a asentir, por supuesto sabía que mentía, pero no replicó a ello.

Verla con su cabello alborotado junto con esa vista impresionante me hacía sentir vivo y feliz de nuevo.

Al momento de llegar agradecí al capitán del yate por el viaje y ambos bajamos a la pequeña isla.

— No quiero que te sientas presionada o incómoda — susurré antes de comenzar la alocada aventura.

— Te recuerdo que vine por voluntad propia Julian — sonrió — entonces ¿Qué haremos primero?.

— Iremos por la camioneta, no pienso andar en muletas todo el día.

Caminamos hacia el local de renta de autos, Lanai era una ciudad pequeñísima de tan solo tres mil habitantes y todo quedaba cerca.

— Buenos días — saludó la joven dependienta.

— Buenos días, vengo por la camioneta  4x4 que reservé en línea.

— ¿Me proporciona sus datos por favor?

— Si, claro.

Saqué la billetera de mi bolsillo trasero de mi short deportivo, busqué mi carnet de identificación y de conducir, esperaba que la joven no se negara a entregarme el vehículo por haber olvidado mi pasaporte. 

Tomó ambas y se fijó en el pequeño ordenador que tenía sobre el recibidor mi orden.

— Solo tiene que firmar aquí—señaló poniendo un papel con el contrato.

Mientras lo hacía, la dependienta susurró algo entre los dos.

— Su novia es muy linda además lo mira con ojos de amor y eso es muy ...goals - suspiró.

Volteé a mirar a Vaitiare y efectivamente estaba mirándome, por más que quería besarla me contuve y extendí los papeles a la joven y está me tendió las llaves.

— Gracias — le sonreí y tomé las llaves para dirigirme hacia Vai.

— Ya es hora — tintinie las llaves frente a mi rubia favorita.

verzeih mir | julian draxlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora