vierundzwanzig

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Vaitiare

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Vaitiare

Tenía una opresión terrible en el pecho, me sentía culpable, había arruinado todo.

No pude entrar a la habitación que compartía con León, me quedé estática mirando la puerta por varios minutos diciendo que él no se merecía nada de esto.

Opte por llamar a Debany y ella enseguida vino junto con Danny, cuando llegaron me puse a llorar en los pasillos del hotel.

Me abrazaron y evitaron que me cayera por lo débil que me sentía.

— Iremos a mi habitación ¿si? — susurró la brasileña y yo solo asentí.

Al llegar Neymar estaba en el marco de la puerta, me miró preocupado pero no dijo nada, solo me abrazó como si fuera su pequeña hermana para luego salir dejándonos a las tres solas.

Debany cerró la puerta mientras Danny me llevaba al borde de la cama para que pudiera sentarme.

— ¿Quieres hablar? — preguntó Danny sentándose al frente mío en un pequeño sillón.

— Yo...— las lágrimas volvieron a acumular en mis ojos impidiendo que hablara.

— Tranquila Vai — susurró Debany tomando asiento a mi lado.

— Arruiné todo — me lamenté — él me dió uno de los mejores dias de mi vida, pero yo no fui capaz de retribuirle.

Recordé los besos en altamar, el picnic que había preparado, el sunset que habíamos presenciado, la locura de meternos en la piscina y por último que habíamos sido uno hasta hace unas horas.

— Dijo que me amaba varias veces pero yo no le respondí — miré al suelo recordando su rostro decepcionado.

— Es entendible, te sientes confundida, además fue él quien te montó el cuerno— dijo la novia de Son.

— No debí de jugar con él.

— No lo hiciste, sólo no sabías cómo reaccionar.— intervino Debs.

— Pero no fui lo suficientemente valiente para decirle que también lo amo— despejé las lágrimas que caían sobre mi rostro — y tampoco podía, aún estoy con Leon.

— Solo estas con él para olvidar a Drax.

— Por eso también me siento culpable, León ha sido tan comprensivo conmigo y yo me voy a otra isla con mi ex poniéndole el cuerno.

— El corazón quiere lo que quiere Vai — Danny me tendió una caja con Kleenex que no tenía ni idea de dónde lo había conseguido.

— ¿Que hago ahora? — les pregunté tumbándome en la cama.

— Yo recomiendo que hables con él y con León, se sincera con ambos y has lo mejor para tí — habló la novia de Neymar.

— Primero piensa en tí ¿bien? y si te quieren entenderán tu decisión.

— No sé cómo plantarle cara a León, ni siquiera sé si querrá verme después de desaparecer todo el día.

— Te apuesto a que ni cuenta se dió, ayer llevaba un cruda que ni te imaginas, se bebió todo el alcohol del bar, los chicos se encargaron de traerlo de vuelta.

Cubrí mi rostro en la flexura de mi codo agotada tanto física como mentalmente.

— Date un baño cariño y luego vienes a dormir — insistió Danny.

— Yo te iré a traer algo de ropa de tu habitación, seré sigilosa para que León no se despierte — murmuró mi otra amiga.

— No tengo la llave.

— Ney tiene la de León, él lo dejó en su habitación.

Asentí y me dirigí a la ducha con las pocas fuerzas que me quedaban y me quedé ahí por casi 30 minutos.

Al salir me pare frente al espejo del inmenso baño y pasé mi mano sobre la luna empañada por el vapor del agua caliente.

Ví mi reflejo y me sentí peor, comencé a llorrar al observar las pequeñas marcas que Julian había dejado en mi cuello y pecho.

Me resbalé a lo largo de la puerta, encogiendome como un niña pequeña con el corazón roto.

Oí toques en la puerta y los llamados de mis dos amigas, pero no respondí.

Necesitaba sacar todo el dolor que llevaba en mi interior.

No sabía cuánto tiempo había pasado hasta que abrieron la puerta y me sacaron de ahí.

Observé mi ropa tendida en la cama mientras las chicas se iban a la terraza de la habitación para darme privacidad.

Me cambie en silencio y luego sali hacia donde ellas estaban.

— ¿más tranquila? — dijo Debany pasando su brazo sobre mis hombros.

Asentí.

— ¿Me puedes prestar tu teléfono? Necesito llamar a alguien.

— Claro que sí — se fué al interior de la habitación y volvió tendiéndome su Smartphone.

— Nosotras estaremos afuera cariño, cualquier cosa nos llamas.

Ambas me dejaron sola y salieron hacia el pasillo de hotel.

Marqué el número que me sabía de memoria y espere a que me contestaran.

— ¿Buenas?

— ¿Mamá?

— ¿Vai? ¿Amor que pasa? — respondió con preocupación

Todo mamá, te necesito — rompí en llanto otra vez.

— Cuéntame cielo.

Y así le conté todo a la mujer más importante de mi vida, estaba tan agradecida de que me hubiera contestado, sin ella estaría perdida.

Tienes que estar tranquila ¿vale?, Llámame en cuanto tomes el avión de vuelta a casa.

— Lo haré mamá pero primero tengo que resolver algunas cosas.

Tómate tu tiempo hija, aquí te espero.

— Adiós mami, cuídate.

— Adiós Vai, tu también.

— ¿Y mamá?

— ¿Si?

Te amo, gracias por no dejarme sola.

— No tienes que agradecerme Vai, soy tu madre y yo te amo más princesa.

Colgó la llamada y dejé el teléfono de Debany en la mesa de centro de la terraza, me dirigí a la cama, exhausta.

Tiré de la sábanas y me metí, coloqué mi cabeza sobre la suave almohada mientras cerraba mis ojos, oí la puerta abrirse y mis dos mejores amigas entraron, las dos se acostaron cada una a un lado abrazándome, en cuestión de segundos caí profundamente dormida.

Espero que con este capítulo entiendan un poco más a Vaitiare.

verzeih mir | julian draxlerWhere stories live. Discover now