sechsundzwanzig

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Vaitiare

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Vaitiare

— Hola guapa — me susurraron en el oído.

Al instante sonreí, reconocería esa voz a kilómetros.

— Pero si es el mismísimo Thomas Müller — lo abracé efusivamente, era mi crush desde que había ingresado a la cantera del Bayern, pero eso él no lo sabía.

Estaba en Munich, específicamente en el Allianz Arena, uno de mis lugares favoritos del mundo.

Había regresado hace tres días de Maui junto con Leon, habíamos acordado  hablar a solas, pero aún no encontrábamos el momento indicado, entrenaba casi todo el día y solo llegaba directo a ducharse y a dormir.

Hoy quise acompañarlo y así aprovechaba en visitar al equipo de mis amores.

— El mismo Vai — dijo Thomas separándose con una sonrisa.

— ¿Cómo van los entrenamientos? — le pregunté.

— Exigentes, esta vez estamos enfocados en la Champions, hace mucho no ganamos una.

— Lo lograrán, estoy segura.

— ¡Vaitiare! — exclamó Joshua acercándose, lo había conocido en un partido de la selección alemana hace unos años.

— ¡Kimmich! — saludé al rubio de la misma manera que había hecho antes con Thomas.

— Hace mucho tiempo no venías al estadio. — comentó.

— Los estudios Josh, pero ya podré venir más seguido.

— También por esa jirafa de allá — señaló a León que estaba tomando agua junto con Manuel.

— Cierto — dijo Thomas a un lado — había olvidado que estabas con Goretzka.

Les dediqué una sonrisa asintiendo.

Oí el sonido de un silbato y ambos chicos se despidieron para seguir con la segunda ronda del entrenamiento.

Me senté a observarlos desde la tribuna y fije mi mirada en Leon, estaba algo inquieto y claramente sabía el por qué.

En la mañana le había dicho que no podíamos aplazar más esa conversación , la tensión entre ambos era evidente.

Pasaron dos horas y ahora ambos nos encontrábamos en su auto rumbo al departamento que tenía en una de las zonas más exclusivas de Munich.

Mientras más pasaban los minutos, más se aceleraba mi corazón.

Al llegar, León fue el primero en bajar del auto, estaba tenso.

Me quedé unos minutos en el auto, di tres respiraciones profundas y salí.

Entré al departamento y observé el salón vacío, supuse que estaba en la habitación duchándose.

verzeih mir | julian draxlerWhere stories live. Discover now