Parte 13: No más, por favor

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—¡Chicos! ¡Rápido! —exclamó, dejando el portátil y saliendo pitando de la casa. El resto del clan, alarmados, corrieron tras él, sin entender nada.

Bajaron a la calle. Verdi partió hacia una plaza del barrio.

—¡Verdi, ¿qué te ocurre?! —exclamó Armando, en nombre de todos mientras corría como Malouda hacia su amigo.

Entonces, justo enfrente de la parte trasera del supermercado, podía entender el motivo por el cual Verdi partió rápido hacia allí.

Entraron en una zona más apartada, concretamente un callejón estrecho donde Verdi paró en seco delante de tres contenedores. Y es que en el contenedor del medio, el contenedor gris medio abierto, yacía la pierna de una dama reposada y colgando por la parte de fuera con una carta del Heredero de Nostradamus entre su bota de cuero y su piel.

—Chicos. Va a por nosotros. Nos quiere matar a todos —comentó Verdi, contemplando el cadáver de la muchacha.

Quedaron absolutamente pasmados. Las muertes crecían, los asesinatos más bien.

—¿Y qué queréis hacer para acabar con esto? —preguntó Circus—. ¿Me corto las venas y le pido ayuda a Dios? Porque no sé si nosotros cuatros podemos vencer ni a un mapache.

—Espera... —empezó a murmurar Verdi, acordándose del momento donde se colaron en el piso de una de las víctimas del mago, de la habitación, de un modesto televisor...—. Alguien me habló de un nombre. 'Ma Chérie'.

—¿Ma che qué? —preguntó Circus, colocándose bien las gafas.

—Yo entendí Mascherano —comentó Prince, con un bufonía sistemática, que le salía sola.

—Por favor, tomaos esto en serio, que no sabemos la que se nos viene encima —comentó Armando, mirando con temerosidad a sus dos amigos para, posteriormente,  fijarse hacia adelante—. ¿Cómo habías dicho que se pronunciaba este nombre, Verdi?

—Ma Chérie. Lo vi cuando me quedé encerrado de mala manera en la habitación de la casa que "visitamos". Parezco un iluminado, pero sé lo que vi. Sé lo que escuché.

—¿Ma Chérie? —preguntó Armando, mirando al cielo y rascándose la barba con su dedo índice—. Me suena. Hay un local ya abandonado en el barrio donde me crié, un local que antes era una tienda de antigüedades y anteriormente dicen que era el local de una medium. Pues arriba está el letrarero de madera, bastante desgastado, con el título 'Ma Chérie' bordado.

—¿Sí?

—Te lo juro, illo. Lleva años allí. Ni los que tenían la tienda de antigüedades sabían por qué ponía eso, pero les gustaba. Le daba un toque rústico y bello a la tienda. El caso es que allí sigue. Quizá está relacionado con el caso, puesto que siempre se rumoreaba que el lugar estaba encantado, que escuchabas voces si pasabas por delante o que directamente tenía una maldición o un embrujo. No recuerdo todos los detalles del rumor, pero estaba jodido el lugar para residir. Por eso los antiguos dueños cesaron la tienda de antigüedades.

—Aunque también es el nombre de una canción de Dj Antoine —expuso Prince ante el gesto de Circus negando la cabeza y mirando al suelo.

—Ya, bueno, de momento, sobre la teoría de Armando.... —decía Verdi, pensativo—. Puede ser una casualidad, o no... Vayamos a ese barrio.

Ma ChérieOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz