Narcissus

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Narcisos: Es una planta vivaz y bulbosa, con un tubérculo tipo cebolla, de unos 4 cm de diámetro. El Narciso puede alcanzar una altura de hasta 40 cm, dependiendo de la variedad. En el extremo del tallo nace una flor de tonos amarillos o blancos; la corona del centro forma una campana alargada y seis gajos en forma de estrella. La flor aparece envuelta por una hoja membranosa que se despliega lentamente con el paso de los días. Preparado en infusiones calientes puede mejorar el dolor de garganta, y evitar la toz. El aroma de sus flores es considerado como un excelente antiespasmódico y narcótico. En la antigüedad se creía que el dulce y embriagador causaba la locura. Narcisismo significa vanidad y la flor simboliza justamente ese peligro.

 Narcisismo significa vanidad y la flor simboliza justamente ese peligro

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Taehyung se disponía a ordenar la última camada de narcisos. Olió uno sintiéndose feliz y animado. Bebió algo de agua y encendió el aire acondicionado de la tienda, disponiéndose a sentarse frente al mostrador a aguardar clientes. Agarró una revista de flores y empezó a leerla.

Su atención se vio llamada, y su lectura interrumpida, por su vecino que golpeaba a la puerta. Se asomaba por el vidrio, apoyando su cabeza contra este para poder ver el interior del local. Taehyung le sonrió y fue a abrirle.

-¡Tae!- Saludó el otro con un increíble cambio de humor favorable. - ¿A qué no sabes quién acaba de inaugurar su tienda?

-No me digas que pondrán otro Starbucks en la cuadra. - Jungkook lo miró extrañado y luego echándose a reír.

-No tonto, abrí mi tienda. - Y ya era hora. Había tomado una semana completa ordenar todo. Y lo peor no era eso. Lo más detestable de todo era que Taehyung no podía verlo siempre, ya que no estaba todos los días allí.

- ¡Eso es genial! - Gritó contentísimo.

- ¿Cuándo vendrás a estrenarla? Esos brazos necesitan un buen dibujo mío. - Las mejillas de Taehyung tomaron color.

-Espero poder pronto...

-No tendrás que pagar nada. Eso es lo mejor.

Taehyung sabía que pronto lo tendría bajo sus pies. Era casi suyo. Un poco más y pronto podría enterrar ese cuerpo tan bello, ese rostro esculpido, esa sonrisa y esos ojos que parecían el reflejo del cielo. Y ahí sí que su jardín sería hermoso.

Miró a las macetas de narcisos que había acomodado ese mismo día. Un regalo digno de la apertura de un local. Fue en busca de una y se la mostró a su amigo.

-Estas flores son mis favoritas. Son suaves, y de unos colores maravillosos. Felicidades por abrir tu tienda.

- ¡Oh, Taehyung! No debes...

-Si debo. Tú quieres hacerme un tatuaje gratis, lo cual aún no estoy muy de acuerdo, lo menos que puedo hacer es darte acceso ilimitado a mis plantas.

-Gracias. - Dijo con sus ojos cristalizándose. Le dio un corto abrazo, de esos que vienen acompañados de palmaditas. -Pásate cuando quieras.

Se fue directo a atender su centro de tatuajes. Estaba feliz de poder cada día agregar una flor a su colección. Tan entusiasmado estaba por esos capullos que decidió comprar un libro con las páginas completamente en blanco para ir pegando en ellas al menos un pétalo de cada retoño.

Taehyung se encargó de llamar a Yoongi para avisarle respecto a que su vecino ya estaba a su servicio. Y luego recibió una llamada telefónica de su mejor amigo, Jimin.

Él era el único ser bello en la tierra del cual Taehyung no se había encargado de matar. Eran amigos desde pequeños, se conocían tan bien que no pudo enterrarlo. Además de que solo él sabía el secreto más oscuro y perturbador que guardaba el castaño.

Jimin lo ayudaba. Sí, lo ayudaba a enterrar sus cuerpos. No porque él fuera un maniático también, si no que había intentado tantas veces lograr que Taehyung dejara su vicio y había fracasado tantas otras, que finalmente se dio por vencido y empezó a ser cómplice del asesino. Y no le pareció tan mala esa tarea.

Llamaba cada semana preguntando por cuando sería la próxima excursión al jardín trasero. Deseando que ese momento de adrenalina y furia combinada llegara.

-Pronto. Ya pronto será mío. - El otro no podía aguantar.

-Pero búscate una presa fácil.

-Jimin, no lo entiendes. No son presas. Son personas, y merecen ser tratadas como tales. - Parecía algo ilógico viniendo de esos labios pecadores. -Además Jungkook es una obra maestra. Jamás había visto a alguien tan guapo como él. - Escuchó una tos fingida del otro lado de la línea. -Excepto tú, Jimin. Tú eres el más bello de todos.

-A veces temo que me mates y te busques otro ayudante.

-Eso jamás.

Terminaron la charla. Taehyung se miró en el espejo, pellizcando sus mejillas para volverlas más rozadas y apetecibles. Como le gustaba a toda la comunidad. Pues sí, el chico más amado del barrio se tomaba su tiempo para que el resto lo viera bonito siempre. Se arreglaba, pues llevar a cabo una imagen de niño bueno cuesta tiempo y esfuerzo. Taehyung había logrado construir una reputación perfecta, donde todo el mundo lo amaba. Pero era observado y al más pequeño error que pudiera cometer sería juzgado y defenestrado por sus mismos vecinos. Por las mismas personas que antes juraban amarlo.

Roots Ink; taekookWhere stories live. Discover now