Taehyung's flowers

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Libro de campo: Un cuaderno de campo o diario de campo es una herramienta usada por investigadores de varias áreas para hacer anotaciones cuando ejecutan trabajos de campo. Es un ejemplo clásico de fuente primaria. Los cuadernos de campo son normalmente block de notas en el que los investigadores escriben o dibujan sus observaciones.

 Los cuadernos de campo son normalmente block de notas en el que los investigadores escriben o dibujan sus observaciones

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Era curioso como aun estando en esas terribles circunstancias él no lloraba. De todas formas, no se sentía bien. Su cuerpo estaba débil, como si lo más importante para la vida de un hombre le faltara. Respiró profundo y se levantó de su cama. Miró a su compañero de celda que aun dormía. No se había molestado en preguntarle su nombre, pues no le importaba y tampoco le parecía interesante. No era nada bonito, era grotesco y desagradable, pero se llevaban bien.

Resultaba triste pensar que solo veía a su mejor amigo durante los almuerzos y en el momento de tiempo libre. Comían juntos conversando e intercambiando malas noticias. Y luego salían al patio. Parecía irónico sabiendo que él solía disfrutar de la vista del más maravilloso patio trasero en su casa. Lleno de flores de todos los colores, perfumando cada rincón, iluminadas por el brillo del sol que las enfocaba todas las mañanas y tardes. Recordaba pisar el pasto verde que combinaba con sus ojos esmeralda y sentir la humedad de la tierra rozando su piel. Extrañaba respirar el aire fresco matutino asomándose por la ventana. Extrañaba cada capullo y planta crecida gracias a las gotas de sangre de una víctima. Y ahora ahí estaba. Encerrado con el exterior más amplio jamás visto, pero con rejas impidiendo su salida. Sin ni un retoño plantado en el suelo, con los colores grises predominando su vida.

Apoyó su cabeza en los barrotes de la cárcel y suspiró. Él no pertenecía allí. Mientras que Jimin lograba ser aceptado gracias a su fuerza, músculos que iba ganando día a día, él era excluido y maltratado. Realmente era una pequeña florecita. Y a pesar de estar con Jimin ciertas veces, se sentía solo.

Era entonces cuando pedía ver a Yoongi. El policía siempre estaba rondando el lugar, o si no se tomaba un tiempo especial para visitar a ambos chicos.

-¿No habla de mí?- Preguntaba cada día, durante las 3 semanas siguientes a que fue apresado.

-Cuando lo interrogué solamente dijo que era tu amigo. - Hizo énfasis en la palabra "era", provocando un fuerte dolor en el pecho del preso.

Era extraño como a pesar de todo lo ocurrido, por fin Taehyung y el pálido habían logrado llevarse bien. Yoongi tenía preferencias por Jimin y por él, llevándole comida primero o incluso algún que otro objeto que fuera preciado para ellos. Por ejemplo, a Jimin le había traído una foto de ellos dos sonriendo, y eso lo había hecho feliz a pesar de las lágrimas. Los quería de todas formas.

Pero esa tarde, ni Taehyung había llamado a Yoongi para que venga, ni Yoongi había llegado con sus manos vacías.

Caminó con su uniforme y cara de enfado, recibiendo insultos de cada infractor de la ley que estaba encerrado en sus celdas, hasta llegar a la del chico castaño con ojos tristes.

-Hola, Taehyung.- Saludó amenamente. -¿Qué sucede? ¿Andas pensativo?- Se burló un poco.

-Algo así. ¿Qué cuentas, Yoonie?

-Tengo algo para ti. - Abrió la reja y entró en ese pequeño cuartito con él. Se sentó en la cama de abajo, la perteneciente a Taehyung, y le pidió que lo acompañara.

-¿Hiciste galletitas?- Preguntó Taehyung, que ya se había acostumbrado a recibir esa clase de obsequios, y a juzgar por el envoltorio de la caja parecía ser eso.

-No, tonto. No es mío. Ni siquiera sé que es. Solo sé que es para ti, de una persona muy especial.

Se lo dejó en sus manos y salió rápido de la celda.

Inspeccionó el objeto mirándolo de arriba a abajo, incluso oliéndolo. Respiró profundo antes de romper la envoltura, y encontrarse con un libro. Un cuaderno marrón, algo sucio. En la tapa se encontraba su nombre hecho en puño y letra, con una caligrafía bellísima, y escrito en tinta. Las flores de Kim Taehyung. Lo abrió rápido, intuyendo de que se trataba.

Sus ojos empezaron a lagrimear cuando descubrió lo que había dentro. A medida que iba pasando cada hoja se encontraba con un pétalo de una distinta flor. Tenía una breve explicación de las características del capullo, sus usos, y el significado de regalarlo. Se había tomado el trabajo de buscar información de cada una de los maravillosos recuerdos de él que le había regalado. Pasionarias, hortensias quemadas, crisantemos húmedos, narcisos, begonias, un boceto de un lirio, un tulipán marchito (incluso más que el resto de los retoños), el tallo de la margarita con solo un pétalo, grandes partes de la corona de gipsófilas que había armado con sus propias manos, girasoles acompañados con sus semillas, jazmines perfumando todo el libro por completo, pensamientos con una receta de cómo prepararlos en una ensalada; un dibujo de su tatuaje de rosa; y una flor de trébol.

Era ahora imparable su llanto. Mojó cada una de las páginas, sin la intención de hacerlo, gimiendo y rogando que todo se resolviera, y así él podría estar con su amado.

Volteó la siguiente página, con pocas fuerzas. Estaba destruido, recordando cada cosa bella que había vivido. Se encontró con una nota. La letra era la misma que la descripción de cada flor, haciéndole pensar que eso era parte del regalo. La sostuvo entre sus manos, justo después de secarse los ojos.

Luego de estos días, Taehyung, he notado cada aspecto bonito que tienes. He descubierto tus manías, y tus locuras. Y me tomó tiempo aceptarlo todo. Debes entender que no es sencillo asimilar que matas gente por la satisfacción de ver crecer flores bellas y vigorosas. Es raro, pensando que cualquier persona correría espantada al saber que su novio es un asesino serial, pero supongo que yo no soy cualquier persona. Tampoco soy cualquier novio. No, yo soy el novio de Kim Taehyung, un maniático del arte de la agricultura. Un loco que quita vidas y las entierra en su jardín. Pero sabes qué, me he enamorado de ese loco. Y estoy dispuesto a pelear por conseguir tu amor, o al menos una flor más para iniciar mi próximo libro de campo.

Espero que lo que encuentres luego te sirva de ayuda.

Tu novio, Jungkook.

En la siguiente hoja había un gran hueco, era imperceptible, puesto que todos los papeles de las páginas estaban pegados juntos. Era un libro trampa. En el interior de ese agujero había tierra y unas plantas insignificantes, raíces más bien, reemplazando la tinta de una pluma, por las raíces de esa flora. No se lo pensó dos veces. Se puso a escarbar entre el barro seco, tirando todo y ensuciando el suelo de la habitación. Llaves, muchas llaves. Acompañadas de una daga, similar a la que Taehyung usaba para cortar cuellos, y parecida al tatuaje de Jungkook que hacía juego con su rosa.

Agarró una de las llaves y se dirigió a la reja de la cárcel. La puso en la cerradura, y con una vuelta abrió la puerta. Puso el libro de campo de Jungkook en sus manos y salió con una sonrisa.

 Puso el libro de campo de Jungkook en sus manos y salió con una sonrisa

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Gracias por leer, éste es el final.

Roots Ink; taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora