Marguerite

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Margaritas: Las flores tienen una característica que las distingue de cualquier otra especie: el centro amarillo y los numerosos pétalos blancos que lo rodean. Esta es la variedad más común, pero además se pueden encontrar otras tantas especies, con diferentes tamaños y combinaciones de colores. Los pétalos de la margarita tienen una forma delgada y alargada. Su tallo largo y estrecho puede alcanzar una considerable altura y está provisto de hojas ovaladas. Se trata de una planta resistente. El significado que se le puede dar a regalar una flor de estas características es "solo tengo ojos para ti", aunque dependerá una vez más del color.

 El significado que se le puede dar a regalar una flor de estas características es "solo tengo ojos para ti", aunque dependerá una vez más del color

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- Entonces me dijo que le gustaba pintar, y que por eso le gustaba tener en su cuerpo pintura. Le dije que eran geniales todos sus tatuajes. Dijo que debería hacerme uno, entonces me hice este. - Jimin no dejaba de hablar emocionado respecto a Yoongi. Taehyung estaba en el mostrador, fingiendo que le interesaba y que escuchaba todo lo que salía de los labios de su mejor amigo.

-Es muy lindo, pero no significa nada.

- ¡Ah, cierto! Me olvidaba que un conejo y un tigre en un corazón tiene tanto sentido.

-El significado depende del observador. - Intentó repetir, fallando, lo que Jungkook le había dicho unos días atrás.

-Ya cállate, no intentes filosofar conmigo.

-Es una pluma. Explícate.

Jimin tapó su tatuaje, algo enfadado por la falta de cariño y afecto de un amigo. Le molestaba cuando él quería hablar sobre sí mismo y Taehyung no lo oía, en cambio cuando era Taehyung el que hablaba él debía escucharlo sí o sí. Su egoísmo, terquedad y locura eran ciertos aspectos que odiaba de él. Pero amaba lo apasionado que era con sus plantas y la belleza externa. Era una pena que Taehyung sea bastante ciego para notar la hermosura que guarda cada persona dentro. Siempre enfocado en lo físico. Y en lo que pueda obtener a partir de aquello.

-Yoongi nos invitó a ir al cine hoy.

-Parece buena idea. ¿Qué película?

-No irás.

- ¿Qué? ¿Por qué? - Preguntó extrañado.

-Quiero estar a solas con él.

-Jimin, pasaste toda la semana a su lado.

-Sí, pero él es mío. Lo reclamé.

-Aun no me has dicho si quieres matarlo. - El silencio se hizo una eternidad, Jimin miraba el suelo pensativo. Taehyung lo observaba con cierto aire de preocupación. -Habíamos hecho un pacto, ¿recuerdas? Nada de sentimientos. Mantener mi jardín bello es una tarea muy importante, y si te enamoras de Yoongi podrías arruinar todo.

-No seas tan cruel. Siempre es sobre ti, y estoy algo cansado de eso.

-Okey, Minnie. No tengo problemas con que te involucres, solo no metas la pata, porque si él llega a enterarse no solo nos podría denunciar, podría romper tu corazón.

-Y estarás ahí para sostenerme. - Se tiró sobre Taehyung, dándole un beso en la mejilla y salió de prisa del local.

Se quedó en silencio, observando aquella inscripción en su cuerpo. Pensando en el tatuaje de su amigo, suspirando al pensar que a él no le importaba que Yoongi pudiera llegar a despedazarlo, y no de la misma forma que ellos hacían con sus cadáveres.

Corrió su cabello de la frente e inició una lectura sobre las flores, sin estar muy ensimismado con el contenido del texto. Tenía ganas de que Jungkook dibujara una vez más en su piel. Cosas sin sentido, algo insignificante. Quería sentir el roce de sus dedos y el frío dolor de la aguja punzante. Pero también él quería lastimar.

Sus pensamientos rondaban desde lo más oscuro de su intrincada mente, deseando aniquilar, mutilar, y destrozar a ese chico, a ese rostro y cuerpo bonito. Pero no soportaba la idea de saber que era lo que el otro pensaba de él. ¿Lo quería? ¿O era tan áspero como demostraba ser? Taehyung esperaba que no.

Sujetó una margarita entre sus dedos, mientras que cargaba su cabeza en su otra mano, apoyando su codo en el mueble. Suspiró, haciendo volar a esa flor cargándola, jugando a que era un avioncito de papel.

-Jungkook, Jungkook, Jungkook. ¿Me quieres o no me quieres? - Destrozó la flor blanca, arrancando pétalo por pétalo, preguntando cada vez eso que todo el mundo repite. -No me quieres...- Dijo cuando quedó el último, entristecido y con pena, sin cortarlo por miedo a que se cumpliera eso.

Pareció no importarle matar de aquella forma a la flor. Parecía alguien completamente distinto al niño que lloraba días atrás por un retoño marchito. La guardó en su bolsillo de la chaqueta, dejando ver la parte amarilla del centro. Se levantó con cansancio de su asiento, y se dirigió a la puerta. Salió decidido a visitar a su amigo. Golpeó su puerta con apuro y ansias. Jungkook le abrió cargando una sonrisa.

- ¡Taehyung!, ¿Cómo estás?

-Mejor, mejor. - Jungkook miró de reojo la flor rota que el florista cargaba.

-Iba a ir a verte más tarde, pero te me adelantaste. - Rio de manera algo nerviosa.

-Vine a hacerme un tatuaje.

- ¿En serio? ¿De qué clase? ¿Cuál? ¿Alguno en especial? Puedes elegir cualquiera de las que están en las paredes. - Decía entusiasmado con la idea de tatuar en el cuerpo de su amigo.

- Eso. – Taehyung señaló el dibujo que había en la puerta: un ancla enlazada a una soga. -Pero solo el ancla.

- ¡Genial! Ven. - Lo agarró de la mano, llevándolo al cuartito de tatuados.

Taehyung se recostó en la camilla, aun con su muñeca izquierda sostenida por Jungkook.

- ¿Dónde lo quieres?

-Emm, si me sueltas te puedo mostrar.- El tatuador se sonrojó de inmediato, dejando su mano libre. -Ahí, en mi muñeca.

Jungkook se puso unos lentes para poder ver mejor y no equivocarse al dibujar el boceto. Pintó unas líneas y la forma del ancla ya estaba hecha. Luego solo quedaba inyectarlo con la tinta. Pinchó su muñeca, Taehyung cerró con fuerza sus ojos, dejando ver algunas arrugas. Eso le pareció en extremo tierno a Jungkook.

-Listo. - Dijo cuando su obra de arte estuvo terminada.

Taehyung la tocó con su otra mano, todavía dolía, pero era un dolor suave que te dejaba una sensación bella. Aún seguía con ese enigma por resolver. No iba dejar que el azar de unos pétalos caídos definiese su estado de humor.

-Kook, ¿me quieres?

-¡Claro que sí, Tete!- Lo abrazó con dulzura y al soltarlo le dio un beso en su mejilla.

-Entonces ya no necesito esto. - Dijo entregándole la flor con un solo pétalo blanco.

Roots Ink; taekookWhere stories live. Discover now