Un Omega Para Nakamoto ‹Yuwin› [Adaptación]

𝘊𝘢𝘱𝘪́𝘵𝘶𝘭𝘰 𝟥: 𝘛𝘢𝘳𝘵𝘢 𝘥𝘦 𝘥𝘶𝘳𝘢𝘻𝘯𝘰𝘴

Después del lamentable incidente que había experimentado en el supermercado, Nakamoto Yuta regresó a su casa más abatido que cuando había salido temprano por la mañana. Su mente le hizo una mala jugada y terminó humillándose frente a Dong Sicheng.

—Soy tan imbécil—Se reprendió en voz alta después de azotar la puerta de su departamento y entrar en él.

—¿De nuevo hablas solo? —Yuta saltó en su lugar cuando escuchó la voz de Johnny.

—¿Qué haces aquí?—Preguntó con una mano en el pecho el pelicastaño caminando hacia él.

—Veía televisión—Señaló el televisor frente al sofá en el que estaba sentado.

—¿Cómo entraste?—Preguntó después de tomar asiento junto a él.

—Utilicé la llave de emergencia.

—Oh creo que debería cambiarla de lugar—Dejó caer su cabeza en el respaldo.

—Y bien... ¿hablarás?

—John... estoy teniendo pensamientos extraños.

—Yuta, estoy a favor de la vida—Pasó su brazo por los hombros de Nakamoto.

—¿Qué? ¡no!—Alejó su brazo—No pensamientos suicidas, idiota.

—¿Entonces?.....

—Y-yo he estado pensando en un ome-

—¡¿Qué?!—Se levantó del sofá y lo miró—¡Dime que no estoy soñando!—Se le veía sonriente.—

—Johnny esto no es bueno—Se dejó caer en el sofá para quedar completamente acostado.

—¿No es bueno? ¡Es lo mejor! Espera a que Jaehyun se entere—Pasó sus manos por toda su cara.

—No es bueno, Johnny—Tapó su cara con uno de los cojines.

—¡Claro que lo es! Desde que te conozco, jamás te había interesado un omega. ¿Es hombre? ¡Oh tiene que serlo!—Gritó eso último.

—¡Seo Johnny él piensa que soy un perdedor!—Lloriqueó.

—¿Has hablado con él?—Corrió al sofá y levantó a su delgado amigo para sentarse ahí.

—Hoy lo vi en el supermercado y-

—Huiste— Completó el más alto.

—Vaya que me conoces.

—Mejor que tú mismo, mi amigo. ¿Y qué harás? Debes ir a buscarlo y pedirle que te de una oportunidad para-

—Él ya tiene un alfa—Dijo y su amigo se cayó y posó su atención en él— Tiene su olor y su apellido, Johnny— Soltó un suspiro.

—Pero cabe la posibilidad de que ellos no-.

—Viven en el edificio de enfrente. Se acaban de mudar, tal vez quieren tener sus propios cachorros y—No pudo seguir hablando porque su voz se vio interrumpida por un nudo en su garganta y pequeñas lágrimas que salían de sus ojos.

—Yuta, no—Seo lo abrazó y Nakamoto soltó un sollozo aún más alto. Así estuvieron durante diez minutos exactos hasta que el timbre retumbó en la casa de Yuta.

—Iré a ver quién es ¿si?—Se quitó con mucho cuidado a Yuta de encima y caminó hasta la entrada para atender.

Cuando Johnny abrió la puerta se encontró con un lindo, sonrojado y rubio omega con una enorme sonrisa y una pequeña caja en sus manos.

—Hola—Saludó Johnny y Sicheng de pronto se vio desorientado.

—¿H-hola? Yo—Miró una vez más el número en la puerta—Busco a Nakamoto Yuta ¿él vive aquí?