10

2K 330 340
                                    


Desafortunado.

De entre todas las palabras que busqué para definirme, me quedé con la que mejor encajaba en ese preciso instante. Y no fue fácil porque pude reunir bastantes y todas y cada una de ellas podrían definirme a la perfección, pero sin duda tuve que darle el primer lugar a mi infortunio. Es la que globalizaba todo en una. También podría haber utilizado un sinónimo como lo sería desgraciado pero me siento tan débil en este preciso momento que la simple palabra retumba demasiado fuerte como para usarla, por eso, opté por la otra, la cual no suena tan agresiva y me ayuda un poco a no venirme abajo y mostrar la poca fuerza para fingir que me queda.

Había llegado a pensar que no todo estaba perdido, que a pesar de haber tenido este fallo aún tenía la posibilidad de arreglar todo y volver con las energías al máximo y enfrentarme yo mismo a ChanYeol. Pero ahora ni siquiera queda esa posibilidad, porque incluso antes de saber este dato habría sido rechazado igualmente por el mismo motivo. Quizá mi única solución era el ritual, obligarle a que me amase; mi única posibilidad. Pero ahora no quiero saber nada de rituales por el resto de mi vida.

— ¿Y dices que es tu hermana pequeña?

La voz que escucho a mi derecha me saca de mis pensamientos y dejo de mirar al suelo para verlo con mi móvil entre sus manos, curioso por saber un poco más de mí y de la vida que me rodeaba antes de acabar así. No ha dejado de insistir desde que desayunamos y supongo que la situación de anoche no fue muy agradable, por eso ahora intenta compensarlo de alguna forma, pero él no tiene que compensar nada. No ha cometido ningún error ni ha hecho nada malo, ni siquiera su hermano a pesar de ser el protagonista. No obstante, no sé cómo decirle que no es necesario que esté tan encima mío, tampoco quiero herir sus sentimientos, no después de todo lo que ha hecho por mí, pero agradecería que entendiera por sí mismo que quisiera estar a solas. Pensar en mis cosas y no tener que estar luchando contra mi mente para que se calle y no me interrumpa mientras le presento a las personas de mi vida con imágenes.

— Sí, nos llevamos un año de diferencia —asiente aún mirando la foto.

— Es muy guapa. ¿También va a la Universidad?

— Va a una diferente, queda un poco lejos de la mía.

— ¿Qué carrera cursa?

— Ingeniería Biomédica.

— Vaya, es curioso —alzo una ceja al no comprender—. Quiero decir, es un contraste curioso cuando tu madre se dedica a... lo paranormal.

— Mi madre estudió medicina, por eso sabe lo que hace y los pacientes confían en ella.

— Oh, no lo sabía, perdón —igual estoy siendo un poco cortante pero sigo queriendo un poco de espacio. ¿Cómo puedo decírselo sin que se ofenda?—. ¿Me enseñas a tu mejor amigo? —me pregunta y me pasa el móvil para que yo mismo busque alguna foto. Tras un leve suspiro, asiento y tardo poco en encontrar una –ya que mi memoria está llena de fotos suyas–, entonces le devuelvo el aparato y aprovecho para volver a quedarme viendo la nada— ¿Y... estudiáis lo mismo?

— No —resoplo levantando mi flequillo al vuelo, quizá esta vez sí que se ha dado cuenta de mi áspera actitud—, él estudia Artes Escénicas.

— ¿De verdad? —ignora mi gesto— Es lo que yo estudié —ese detalle llama mi curiosidad y me olvido por un momento de los problemas.

— Creo que no te lo he preguntado. ¿En qué trabajas? —suelta una pequeña risa.

— Trabajo en la oficina de una pequeña empresa de publicidad —abro mi boca con la intención de opinar pero me abstengo ante la sensación de ser innecesario. Aún así, quiero saber por qué está trabajando de algo que no tiene nada que ver con su carrera. Que sí, que no es un caso descabellado pero eso no quita el hecho de tener curiosidad—. Sé lo que estás pensando —él se anticipa a mis palabras y lo miro, dejando que continúe—. ¿Por qué estoy trabajando de esto cuando tengo una carrera?

The Little( ̶B̶i̶g̶) Cookie [JiKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora