7;Argentina.

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Alisó su camisa quitándole el poco polvo de encima debido al asqueroso ambiente, hizo una pose viéndose en el espejo y pasando una mano por su cara sonriendo.

—Sí, me veo... Patético. —Suspiró borrando su sonrisa y quitándose la gorra.

Unos toques a su puerta lo regresaron a la realidad, suspiró nuevamente con pesadez yendo a abrir arrastrando los pies.

—¡Ah, pure! ¡Mueve ese culo! —Oyó el grito del otro lado de Caracas, así que decidió caminar con más lentitud, lo más lento que podía hasta que finalmente abrió la mentada puerta—Coño, yo me muero y tú fresquito, ¿no? —Alzó una ceja con molestia, Venezuela rodó los ojos—Te busca el narizón. —Avisó riendo por la bajo.

Ganándose un lepe de parte del país, la capital se quejó, le mostró el dedo del medio y se dio vuelta yéndose seguramente a su habitación, Venezuela entró a la suya para verse por última vez en el espejo y bajar corriendo las escaleras.

—¡Narizón! —Gritó sonriendo al verlo, Argentina le regresó una desagradable sonrisa.

—¡Muerto de hambre! —Regresó el grito de igual forma.

—Ah, no, te pasaste, chao. —Se dio vuelta, Argentina rió levantándose del sofá y tomándolo del brazo.

—Ya, no te ardas, vámonos. —Lo jaló hacia la puerta.

El país venezolano sin nada mejor que hacer se dejó llevar hasta un punto donde simplemente caminaba al lado de Argentina, "siguiéndolo".

—Epa. —Lo llamó viéndolo—¿Pa' dónde vamos? —Se detuvo al mismo tiempo que el contrario.

—No sé, yo te seguía a vos. —Frunció el ceño, Venezuela imitó su acción—¿Posta no sabés?

—Marico, tú me sacaste de mi casa, ¿pa' dónde coño 'e la madre vamos? —Preguntó cruzándose de brazos.

—Por ahí.

—Ah, bueno. —Se encogió de hombros.

Y como si nada hubiera pasado continuaron el camino hacia la "nada", ocasionalmente el del sol le daba rápidas miradas de reojo al tricolor de estrellas sin que este se diera cuenta.

Y agradecía que Venezuela fuera tan distraído como para no notarlo.

—Che. —Lo llamó, el contrario lo miró posando su atención en él—¿Querés una malteada? —Ofreció viendo un café.

—Me ofende que preguntes. —Respondió yendo junto a Argentina al local.

Entraron y se sentaron tranquilamente en una mesa para dos, un mesero pronto llegó a pedir sus órdenes, Argentina pidió una malteada de frutas mientras que Venezuela quiso la de chocolate, al poco tiempo sus pedidos fueron entregados y se disponieron a beberlas.

—Eu —llamó el argentino—, ¿vos te hiciste algo?

El de estrellas arqueó una ceja sin saber si ofenderse o golpearlo.

—Me refiero a que hoy te ves diferente. —Prosiguió antes de que Venezuela actuara por un malentendido—Digo, te ves re fachero. —Sonrió.

El contrario procesaba la información, nuevamente sin saber si ofenderse o golpearlo, una pequeña mueca se formó en su rostro y vio su atuendo con algo de desilusión.

—¿Fachas? ¿Mis fachas? ¿O sea que no te gusta? —Preguntó sin despegar la vista de sus ropas.

Venezuela no se caracterizaba exactamente por ser un país inseguro, de hecho, la mayor parte del tiempo mostraba a un él totalmente "presumido", diciendo que él es el mejor país del mundo y que es todo un partidazo, fachada que utilizaba para ocultar su inseguridad, todas esas grietas que lo adornaban no le caía de maravilla, él las odiaba, y por ende, se odiaba a sí mismo.

Argentina abrió los ojos sorprendidos y negó rápidamente con la cabeza, él sabía que Venezuela ocultaba su malestar con sus bromas que de egocéntricas eran alejadas, Argentina sabía lo mal que se sentía Venezuela al tener tantas grietas, y por desgracia, lo había malentendido.

—No, no, no. —Negó rápidamente—No me refiero a eso. —Suspiró viendo el techo y sin saber muy bien cómo expresarse—Me refiero a que... —Su mirada regresó a Venezuela—Te ves bien. —Sonrió levemente.

El tricolor lentamente esbozó una sonrisa ante aquello, muy poco le decían que se veía bien, de hecho, las veces que se lo decían era por interés, pero esta vez... La veía sincera.

—E-Eh... Este... Tú... —Balbuceó riendo por lo bajo con nerviosismo, sin saber cómo reaccionar—Tú...

—¡Así te quería agarrar, puerca! —Ambos dieron un pequeño salto en sus lugares ante aquel grito—¡Venezuela! —Sonrió en grande México yendo hacia ellos.

—La puta madre, México... —Murmuró—¡La puta madre! —Gritó Argentina.

El del águila rió agarrando una silla y sentándose con ellos.

—Hace tiempo no tomamos nada juntos, ¿qué hablaban? —Sonrió viéndolos, Venezuela suspiró pesadamente.

—Nada importante. —Respondió tomando de su malteada.

Ese día, Argentina juró que golpearía o por lo menos mataría a México, ¡era su oportunidad perfecta!

Pero sabía que lo hizo a propósito, él notaba aquella mirada y sonrisa que pasaban desapercibidas a los ojos del venezolano, pero Argentina no era ciego.

Esto es guerra.

***

Привет!

¿Qué tal están todos? Lamento la demora pero realmente quería hacer este capítulo algo más... ¿Profundo? Idk, no tomarlo todo a bromas.

Un secreto oscuro oculta México, Argentina sabe de ese secreto, pero...

¿Será el único país con un secreto oscuro?

저 는 그렇게 생각 하지 않 습 니 다. :)

¡Recuerden votar y comentar si les gustó el cap! Eso me alienta a seguir escribiendo y actualizar más seguido.

¿Les cuento algo? No tenía pensado actualizar hoy pero leo sus comentarios y me digo a mí misma "¡Anda a escribir! Hay lectores que esperan" ¡Y aquí me tienen!

Adoro muchísimo el apoyo que le están dando a este librito.

Por último antes de irme; recuerden a la querida escritora aquí presente le encantan los misterios y el drama. ;)

Eso es todo.

時間一番外編

一Los ama,
rxdwings.♡

¡No soy su jeva! »VeneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora