¡No soy su jeva! »Vene

９；Japón. 1/2

El automóvil fue lo más rápido que le permitía una autopista con algo de tránsito, una vez aparcó en el aeropuerto el país de ocho estrellas bajó casi corriendo junto a su equipaje.

«¡Llego tarde, llego tarde!»

Luego de dejar su equipaje en el lugar correspondiente, le mostró su boleto a la encargada y corrió hacia el avión, suspiró sentándose en su respectivo lugar, sonrió estirándose y tratando de regular su respiración sin caer en cuenta del país tricolor a su lado, que lo veía como si fuera la peor abominación existente.

—¿Qué hace aquí? —Preguntó Colombia frunciendo el ceño.

Venezuela le alzó una ceja como si estuviera viendo a un gusano asqueroso, lo miró de arriba a abajo y dirigió su mirada por la ventana, ignorándolo.

—Que ladilla, me tocó con el drogadicto. —Murmuró el venezolano buscando con la mirada a alguien.

Hasta que su mirada paró en unos asientos a él, donde estaba Ecuador junto a Perú, al pobre ecuatoriano se le veía bastante nervioso, Venezuela sonrió y le hizo una seña para cambiar de asientos, Ecuador rápidamente asintió y pronto se cambiaron de asientos.

Suspiró estirándose y acomodándose para dormir.

Después de un largo y tedioso viaje, finalmente el avión aterrizó, Perú movió a Venezuela para despertarlo avisándole que llegaron, aunque todos comenzaron a levantarse para salir, sorpresivamente el primero en bajar fue Venezuela, con una sonrisa de oreja a oreja.

No era de asombrarse su tan alto entusiasmo pues estaba en Japón, después de que Japón le insistiera para ver anime Venezuela cedió y quedó más que encantado, tanto que se vio decenas de animes en tan sólo dos meses.

—こんにちは！ (¡Hola!) —Saludó el país japonés sonriente como siempre.

La sonrisa del venezolano no cabía en su rostro, casi corrió hacia Japón e hizo un saludo extraterrestre.

—Hao, taka taka. —Saludó sin entender si lo maldijo o algo.

Japón soltó una risita y lo abrazó, Venezuela le regresó gustoso el abrazo mientras que detrás de ellos todos los pretendientes de Venezuela se morían internamente.

El bicolor miró a los que lo asesinaban con la mirada y simplemente sonrió triunfante, abrazando a Venezuela por la cintura.

Canadá tuvo que agarrar a USA antes de que fuera a insultarlo o golpearlo.

—¡Dime que después de la reunión iremos a algún lugar otaku! —Pidió Venezuela separándose de él, Japón asintió.

—Al lugar más otaku que puedas imaginar.

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—¿Es tarde para arrepentirme?

—Síp.

—Coño.

El venezolano suspiró pesadamente intentando bajarse la falda pues Japón había escogido uno muy corto.

¿Que qué pasaba? Fácil.

Japón lo llevó a comprarse cosplay y justamente le dio a Venezuela el de Sailor Moon, mientras que Japón vestía el uniforme característico de Shingeki no Kyojin.

—Tú sí eres bien arrecho, te agarras el del Eren y a mí me dejas pasando pena. —Bufó Venezuela cruzándose de brazos.

—¡Anda, haz la pose! —Pidió Japón con una cámara, Venezuela negó indignado—Si la haces te compro todo el ramen que quieras.