Capítulo 13

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Ya no siento nada

Y cambiamos de rol

Abril

Necesitaba tomar un respiro de todo el desastre que se estaba convirtiendo mi vida por cada segundo que pasaba.

Después que Dylan se fue, tardé meses en seguir adelante, quise por mucho tiempo que regresara y me dijera el motivo de porque se había ido.

Por mucho tiempo eso era lo que quería, a pesar de que mi cabeza me gritaba que me había abandonado.

Después que lo entendí la esperanza de que volviera se fue a la basura. Hasta que lo hizo, dos años después ,cuando ya había vuelto a tomar el control de mi vida. Cuando ya me había convencido que no lo necesitaba. Porque así era, no necesitaba a Dylan para nada.

Por mucho tiempo fue la persona más importante de mi mundo, pero ya no. Ahora no dependía de nadie y para ser sincera lo prefería. Estaba cansada de atarme sentimemtalmente a las personas, la vida me demostró lo fácil que te pueden dejar, todos y cada una de las personas que amé un día ya no estaban y Dylan no fue la excepción.

Sólo que no lo supe hasta que fue demasiado tarde, hasta que su huida me di de lleno en toda la cara.
Si pensaba que por haber vuelto iba aceptarlo con los brazos abierto estaba muy equivocado, quizás era cierto que me encendía la sangre como nadie, pero por eso no lo iba aceptar de nuevo en mi vida, podía tener sexo con cualquiera que quisiera, y Dylan no era una opción viable y mucho menos después de lo que hizo.

Tarde más de lo necesario en levantarme de la cama, tenía un negocio que controlar y aunque estaba muy bien divagando entre las sábanas eso no iba a solucionar nada. Así que salí y después de darme una ducha y comer algo fui hacia la librería.

Su nombre me provoco una sonrisa, color rosa, si mi madre supiera que el nombre que había puesto a la librería se había convertido en una constante burla para su hija seguro no lo hubiese hecho. La vida no era color rosa, había demasiados matices como para pensar que todo siempre era rosa y desgraciadamente la mía en los últimos tiempos se intercambiaba entre el negro, gris y nuevamente negro, de rosa no tenía nada.

Cuando entró mi primer cliente puse una sonrisa en mi rosto que realmente no quería mostrar, pero eran ases del trabajo.
Después de un cordial saludo se perdió en las estanterías y seguí organizando algunas facturas, las campanillas de la puerta volvió a sonar y entro un pequeño niño, de cabello rubio rebelde y unos grandes ojos azules.

-Hola- dijo con su voz inocente que puso mi primera sonrisa real en mi rostro

-Hola precioso en que puedo ayudarte- pregunté de forma cariñosa

-Ah, bueno vine a traerte algo- señaló su mano, que hasta ahora no me había percatado que traía un vaso de papel.

-Bueno gracias- tomé el vaso y me di cuenta que era café- eres muy amable, que edad tienes

-6- me contesto un poco tímido.

- Eres ya todo un hombrecito- sonrei - me puedes decir quien te pidió que me dieras el café - dije curiosa

-un señor muy bueno me dijo que se te alcanzaba el café me daba un dulce

- ¿A sí?, y quien es ese señor tan bueno

-Un amigo de papá - respondió

-Me puedes decir su nombre pequeño y así agradecérselo personalmente

-Bueno, está bien su nombre es Dylan, pero no puedes decir que te dije porque sino no me compra el dulce

Hice una seña sellando mis labios, y salió por la puerta, para encontrarse con su papá que era el antiguo jefe de Dylan. Le mostré una mirada furiosa y su rostro bajo avergonzado antes de tomar la mano de su hijo e irse.

Volví a mi escritorio, café en mano, era de mala educación rechazar un café a pesar de venir de manos de Dylan así que lo tome, tenía una nota incorporada con un LO SIENTO en mayúsculas. Ya me escucharía el a mí.

Mi día paso más lento de lo previsto el reloj no avanzaba por mucho que lo mirara. A las 5 pm salí disparada por la puerta, en busca de Dylan. Pasé por mi casa a dejar la bolsa, pero después de una pasada por delante del espejo decidí que mi moño desaliñado merecía algo de mi tiempo.

Diez minutos después salí de la casa y estaba tocando el timbre en casa de Dylan, esperando que alguien decidiera abrirme mi mente se perdió en el pasado, y en lo extraño que hubiera sido que yo tocara el timbre dos años atrás.
Sentí una toz que me saco de mis cavilaciones y me obligó a alzar la mirada, encontrándome con un Dylan medio desnudo que solo lo cubría una diminuta toalla en su cintura, su pelo estaba alborotado y mojado y mi vista se perdió con dos gotas de agua que fueron bajando por su pecho hasta perderse por la costura de la toalla. Obligándome a regresar mis ojos a su cara.

-Pasa algo- pregunto Dylan entre preocupado y juguetón después de mi escrutinio

-Eh...se puede saber porque no estas vestido - dije nerviosa

-Me estaba bañando

-Gracias señor obvio por el dato, pero eso ya lo supuse, pero no es la respuesta correcta- dije dejando al sarcasmo teñir mi voz

- mamá está durmiendo y no quería que se despertara- comentó - no obstante que haces por aquí junio

Sentí mi sangre hervir en el segundo que sonó junio de sus labios, pero que se creía

-Vamos a ver despistado mi nombre es abril, no junio hace mucho tiempo que perdiste el derecho de llamarme así y segundo te dije que me dejaras en paz, y eso incluye nada de cafés llevados por niños con letreros de lo siento

-Oh es eso -

-Y que pensabas que era ?

-No sé, ¿qué me perdonabas? - no sabía si era una pregunta o intentaba hacerse el listo conmigo

-Dylan en serio ya no sé cómo explicártelo, déjame en paz yo no tengo nada que perdonarte porque la que se equivocó fui yo así de simple confié en ti y pensé que sentías lo mismo que yo fin de la historia -

Sin apenas sentirlo su brazo rodeo mi cuello y me acerco a su rostro obligándome a alzarme en puntillas. Mi cuerpo se estremeció por la cercanía de nuestras bocas y sus ojos no me dejaban apartar la vista incitándome, como un reto a ver quién se rendía primero

-Esta historia se va a acabar cuando ya no sientas nada por mi abril- su voz ronca me exigió- no antes, no después.

-Yo no siento nada ...

Pegó más nuestros cuerpos cortando mi oración

-El día que digas esa frase espero que en verdad la sientas y ese día solo ese día te dejare en paz, así que haznos un favor a los dos y deja de mentirte.

-Que sabrás tu si miento o no
- proteste indignada

-Porque te conozco-me recordó- soy tu mejor amigo, la persona que mejor te conoce en el mundo y sé que si no sintieras nada por mi tu piel no se erizaría con mi toque como está ahora , y tu corazón no se sintiera tan malditamente violento como si te quisiera salir del pecho y sabes por qué abril porque mi cercanía te afecta, porque estas deseando que acabe de romper estos dos centímetros que separan nuestros labios, porque los sentimientos no se van de la noche a la mañana, y dos años no son suficientes para olvidar lo que uno siente

-Que sabrás tú ? - espeté

-Lo se mejor que nadie- dijo mientras tomaba mi mano y la colocaba en su pecho, que retumbaba igual que el mío - y ya es hora de que tú también sepas que nuestros corazones tienen una misma sintonía Abril deja de huir de eso y acéptalo porque yo no me voy a rendir tendría uno de los dos dejar de latir para que yo deje de luchar por ti.

Mis mejillas se tiñeron de rojo a tiempo que Dylan aflojaba su agarre y me dejaba en libertad. No sabía que responder a eso, mi cabeza estaba a mil por hora y ningún pensamiento era racional así que opte por hacer lo mejor que se cuándo el huracán Dylan está cerca, huir.

Junio ( Borrador)Where stories live. Discover now