II

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Se había acostado a media noche, estaba realmente cansado. Solo busco medio dormido en el anillo algunas sabanas que el dueño origina tenía guardadas, las tendió en el piso y se acostó. Gracias al sueño y su mala suerte pudo dormir cómodamente.

Ello era lo único positivo de su mala suerte. Le había demostrado que puede dormir en casi cualquier parte. Podría dormir sin colchón o parado, con calor o con frío, lo cual no sonaba nada positivo.

A la mañana fue despertado muy temprano por el sistema. Estaba adormilado y cansado, pero se levantó para continuar con su vida como cultivador.

—¿Cuáles son los horarios del comedor?—. Pregunto recordando que este cuerpo casi siempre iba a la hora que deseaba a comer, no obstante el lugar tenía horarios para sus estudiantes.

—El comedor solo sirve desayunos de 6 a 9— espeta mientras le muestra que faltan media hora para que inicien su jornada del día.

Él se dio cuenta de lo temprano que era. También pensó que podía esperar, sin embargo era mejor preparar su propia comida.

Una parte de si deseaba comprobar cuanto había mejorado en ese ámbito.

—¿Dónde puedo encontrar comida?— indaga algo temeroso de la respuesta.

—Probablemente solo necesite pedirle los ingredientes a su padre— espeta el sistema.

Él no había pensado esa respuesta. Quizás por la decadente cercanía con sus padres no se le ocurriría algo tan simple.

Sus padres no eran malas personas o malos padres. Pese a este hecho por su mala suerte le temían y ello impedían que fuesen amorosos o lo suficientemente cercanos para entender por lo que pasaba su hijo. Con sus hermanos pasaba la misma situación.

De camino solo pudo observar levemente a unos de los nuevos mover la espada con poca gracia, ese gesto lo hizo reír al recordar que él hizo lo mismo al tomar por primera vez una espada.

La casa donde él vivía no quedaba lejos de la residencia de su padre. Solo entro de manera usual donde vio como un hombre que se veía como de 40 aunque el sistema le dijese que tenía 60 años caminaba entre la biblioteca que se había creado en sus aposentos.

A penas reconoció que su hijo entro le dio una sonrisa fresca mientras se acercaba a este con total normalidad.

—Mi pequeño zhu no debería dormir más—. Esa respuesta por unos segundo hizo enojar a Wang Ping Ju que lo entendió como mi pequeño cerdo no engordara si no duerme.

—Este hijo ha dormido la suficiente— carraspeo un poco antes de continuar —. Padre podrías darme estos ingredientes— dijo directamente aunque su voz en algunas frases se intentó cortar. Las manos le temblaban como si en cualquier momento dejara caer el papel que tiene en las manos.

La persona en frente mostró una expresión de sorpresa que solo duro unos segundos que parecían eternos en la mirada de Wang Ping Ju.

Mientras el padre tomaba la lista y la miraba con cautela, ¿cómo es que su hijo deseaba ingrediente si antes no diferenciaba ni los vegetales? No se cuestionó ello mucho tiempo.

Solo le dio un sello y le dijo que le diera esto al cocinero. También le devolvió la lista, lo abrazo suavemente antes de dejarlo ir.

Por parte de Wang Ping Ju su corazón estaba tibio gracias al amor familiar que en su hogar nunca sintió. El sistema al entender lo que mostraba también deseo abrazarlo.

En la cocina el chef principal solo miraba con rabia y odio al momento de pasar una porción de cada ingrediente en la lista. Se sintió incomodado por ello no obstante también necesitaba los ingredientes.

Halo de suerte, sistema engañoso (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora