Capítulo XXX

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Tranquila cariño, este es solo el comienzo.

Vayolet

Escuche el ruido del agua al comenzar a caer y creo que fue lo que me llevó a la realidad.

Henry aún me sostenía entre sus brazos. Yo intente moverme para cerrar la llave pero él me sostuvo en sus brazos.

—No más huir, Vayolet. Por favor ya no huyas.

—Yo solo... El agua.

—El agua...

Se separó de mi para cerrar la llave, pero antes de que yo me moviera ya estaba de nuevo frente a mi.

>>No será la excusa que usaras.

—No era excusa, Henry, se iba a caer.

De nuevo estaba entre mis piernas con sus grandes, manos en mi espalda.

—Era excusa mi hermosa bruja. Ahora tú y yo hablaremos mientras tomas una ducha. Porque nadie quiere que la bruja Campbell muera de una simple gripita.

—¿Esperas que me bañe frente a ti? .

Eso me había sorprendido, o sea si pero no, joder eso me da vergüenza, no, ese no es el sentimiento, tal vez es mas como nerviosismo.

—Es lo que dije. —Contestó sereno, como si eso no fuera desnudarme enfrente de él, como si fuera lo más normal en el mundo

—Tú también necesitas el baño caliente.

—¿Acaso eso es una propuesta, señorita?

—Sí, claro que lo es. Pero para que vayas al cuarto de enfrente y te duches ahí.

—Eso sonaba más como una invitación que yo estaba dispuesto a tomar Vayolet. Pero yo no acepto un no por respuesta.

—Y eso no es algo en lo que tu puedas decidir. Resulta que soy una experta diciendo que no.

—Vayolet, relajate.—Me dio una sonrisa tierna y me acarició mi rostro—Sé quien eres. Solo relajate, soy yo.

Su mano estaba en mi espalda y bajo la cremallera de mi vestido. Lo bajo suavemente sin dejar de mirar mi rostro y por alguna razón yo ya había cedido y no lo hacía porque si.

Estaba en ropa interior cuando me cargo y metió a la tina. Me aventó a ella y después comenzó a reír como era usual en él.

Me asuste en un primer instante y al otro ya lo estaba mojando con él agua.

—Henry Black eres demasiado.

Su risa era en este momento mi sonido favorito al igual que ver su sonrisa y como hacía para atrás su cabeza por la risa.

—Vayolet, si no hacía eso estarías más nerviosa de lo que ya estabas. Nunca haré nada que tu no quieras.

Lo dijo en un tono más serio pero eso sonó como una promesa, justo como los tequilas. Se sentó en el piso justo ablado de la tina mirándome de frente  y tomó mi mano que estaba por fuera de la tina.

Yo son reí de lado y sabía que esto que estaba sintiendo no estaba nada bien. Él solo era demasiado bueno como para dejarme sola.

—Recordé algo.

—Dime por favor que no es algo como “la cafetera de mi departamento esta prendida”. —dijo imitando mi voz

—No, de hecho es mas sobre esta casa.

Lo mire para ver si algo en su rostro cambiaba o decía algo.

—Olvidaste que estas en ropa interior frente al hombre de tus sueños. —dijo coqueto con una sonrisa de lado.

El Mujeriego Es Mi Prometido (editando) Where stories live. Discover now