Visita Diurna.

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Ya casi llegaba el amanecer al Santuario y podía ver el sol ingresando en una de las ventanas de esa habitacion, que habia preparado para Radamanthys, era una habitación pequeña, en nada parecida a su taller en Jamir, pero alli no estarian seguros.

-Maestro. 

Hakurei llevo sus brazos detrás de la espalda, sosteniendo sus manos, observando a Shion que parecía sumamente preocupado, sin saber muy bien, qué era lo que debía decirle, cómo hablarle de lo que le perturbaba.

-Dime Shion, que es lo que deseas hablar conmigo.

Shion tampoco comprendía el comportamiento de su maestro ni la ley que había reclamado, pero sabía, por la forma en la que vio al espectro rubio de cejas unidas, que lo deseaba, y podía asegurar que ese cuarto era para ellos.

-Es acerca de su deseo por ese espectro.

Porque estaba arreglado como lo harían en Lemuria, llegado el momento de una boda, para cuándo era el momento de pasar juntos, de ser uno, después del enlace.

-¿Soy tan obvio? 

Lo era, nadie podía dudar que deseaba a uno de los espectros, él pensaba que era el rubio, porque siempre había dicho que le gustaba ese color de cabello en un omega, especialmente si era un guerrero.

-Si, pero no cree que eso en vez de halagar al omega, hará que se asuste. 

Hakurei suponía que así sería, pero no era joven y su vida se estaba terminando, asi que deseaba cumplir los sueños de su juventud, las promesas del pasado, que ambos se hicieron antes de la guerra. 

-¿Y qué me sugieres que haga? 

Shion no pudo responderle a su maestro, cuando este dio la media vuelta, para verle fijamente, con una expresión seria, como si no deseara demostrar sus sentimientos, no por el momento, pero él sabía que su maestro estaba indeciso, desesperado por compañía, de tal forma que asustaría al omega que deseaba.

-No soy un hombre joven, no soy lo que un omega de tu generación podría considerar como un buen prospecto, pero también estoy cansado de esta soledad y tal vez, aquella juventud que ya no tengo, pueda compensarla con experiencia.

Shion sabía que su maestro era muy atractivo, que había sido toda una belleza en su juventud, pero al mismo tiempo, al ser lemuriano alcanzó a cumplir más de doscientos años de vida, era un hombre viejo, que había tenido amantes, omegas, betas, uno que otro alfa, pero había un omega que parecía poblaba sus sueños en la oscuridad de la noche.

-Pero de qué le sirve eso si está ahuyentando al omega que desea para usted, si no le da su espacio, si no lo seduce con lentitud, aunque sea un espectro, debería ser tratado como un omega del santuario, no lo cree, maestro. 

Hakurei al escuchar esas palabras las encontró ridículas al principio, pero, era Shion quien le decía eso, era su alumno, él era un estudioso, era una buena persona, era un soldado del cual podía estar orgulloso, así que, repasando todo lo que había hecho hasta el momento, podía ver que había cometido un grave error.

-Quiero creer que hizo esto, que decidió reclamar a esos omegas, por lo que dice Kardia, para protegerlos, pero, en el proceso usted se vio como un alfa que solo los ve como objetos, ya que si nosotros fuéramos como esos cazadores, como los lobos, ya habriamos reclamado a uno de ellos, pero no lo somos, el problema es que los espectros no lo saben. 

Pero aun así, ya no había nada que hacer y esperaba que Radamanthys llegará a su habitación, esperando encontrarse con un alfa libidinoso que desearía violarlo y eso nunca pasó por su cabeza, era demasiado desagradable lastimar a cualquier omega, especialmente, este omega. 

Cacería.Where stories live. Discover now