12. Comenzando el campamento

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Annie abrió los ojos entre el dolor que sentía en su costado. Le recordaba bastante a cuando aquella maldición la había golpeado en quinto año. Gimió y frunció el ceño al no reconocer en dónde estaba. Hojas de distintos colores era lo único que veía.

Luchando por llevar aire a unos pulmones que parecían aplastados, parpadeó y se dio cuenta de que la luz deslumbrante de colores chillones era la claridad del sol, que se colaba a través de un dosel de hojas a mucha altura sobre él. Quiso sentarse pero una punzada de dolor la hizo gritar y tomarse el costado derecho. Sintió algo líquido y al alzar las manos, vio sangre. Jadeó.

Escuchó pasos y jadeos, pero el dolor la estaba mareando.

-¡Annie! -la voz de Harry la hizo parpadear. Veía borroso. El azabache se agachó a su lado y jadeó al ver la sangre. Le quitó la túnica (a Annie no le importó, sólo quería que el dolor parara) y se vio horrorizado al ver una herida profunda.

-¡Hermione! -gritó Harry. Agarró la túnica que le habia quitado e hizo presión en la herida. Annie sintió lágrimas deslizarse por el dolor y Harry sintió que le oprimían el pecho.

-¡Espera! -gritó.

Harry inspiró hondo y llevó una mano al rostro de Annie.

-Ann, estoy aquí, ¿si? No te duermas -le pidió Harry. Hermione llegó corriendo a su lado y jadeó al ver la herida. Se arrodilló y vertió varias gotas de díctamo en la herida. Annie gimió por el ardor que aquello provocaba.

-¿Cómo se hirió? Quiero decir... -Harry sacudió la cabeza intentando aclararla, para darle sentido a lo que fuese que hubiera sucedido- ¿por qué estamos aquí? Creía que íbamos a volver a Grimmauld Place.

Hermione inspiró profundamente. Parecía estar al borde de las lágrimas.

-Harry, no creo que vayamos a poder volver allí.

-¿Qué estás...?

-Cuando desaparecimos, Yaxley me agarró y no pude deshacerme de él, era demasiado fuerte, y todavía estaba sujeto cuando llegamos a Grimmauld Place. Y entonces... bueno, creo que debió haber visto la puerta y pensar que parábamos ahí, así que aflojó su agarre, conseguí apartarlo y nos traje aquí.

Annie abrió los ojos otra vez. El sol la deslumbró pero consiguió aclarar la vista sobre Harry y Hermione.

-Pero entonces, ¿dónde está? Espera un momento... No querrás decir que está en Grimmauld Place, ¿no? No puede entrar allí, ¿verdad?

Los ojos de ella brillaron con lágrimas no derramadas mientras asentía.

-Harry, creo que puede, yo... lo obligué a soltame con una Maldición de Repulsión, pero ya le había metido dentro de la protección del encantamiento Fidelius. Desde que Dumbledore murió, hemos sido Guardianes Secretos, así que le desvelé el secreto, ¿verdad?

Annie jadeó y ambos la miraron. Harry se quitó su túnica y se apresuró a cubrirla. Le dio un beso en la frente.

-¿Dónde estamos? ¿Y Ron? -consiguió decir después de aclararse la garganta.

-Aquí -gruñó.

-En el bosque donde celebraron la Copa Mundial de Quidditch -dijo Hermione-. Quería algún sitio apartado, oculto, y este fue...

-... el primer lugar en el que pensaste -terminó Harry por ella, echando un vistazo alrededor al claro aparentemente desierto.

-Deberíamos quedarnos aquí en lo que se recuperan -sugirió Harry. Annie no sentía ganas de contradecirlo.

Annie y las Reliquias de la MuerteWhere stories live. Discover now