13. Las cosas se complican

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A la mañana siguiente, Hermione y ella quitaban los encantamientos protectores que habían colocado el día anterior. Creían que lo mejor sería estar en constante movimiento para no ser rastreados.

Luego se Desaparecieron hacia las afueras de una pequeña ciudad comercial. Después de armar la tienda al resguardo de un pequeño grupo de árboles, y rodearla nuevamente con encantamientos protectores, Harry se aventuró a salir, debajo de la capa de invisibilidad, a buscar sustento. Pero no salió según lo planeado. Apenas había entrado en la ciudad cuando un frío antinatural, una niebla descendente, y un súbito oscurecer del cielo hizo que se quedara congelado en el lugar donde estaba parado.

-¡Podías haber hecho un brillante Patronus! -protestó Ron, cuando Harry regresó a la tienda con las manos vacías, sin aliento y articulando únicamente la palabra Dementores.

Annie se apresuró a darle a Harry un trozo de chocolate que agradeció infinitamente.

-No pude... hacerlo. -jadeó, apretando sobre la punzada que tenía sobre un costado-. No... aparecía.

-Está bien.. -susurró Annie acariciando su cabello, pero tenía una teoría acerca de por qué.

-Así que seguimos sin tener comida.

-Cállate, Ron. -dijo Hermione bruscamente-. Harry, ¿Qué ocurrió? ¿Por qué piensas que no pudiste hacer el Patronus? ¡Ayer lo hiciste perfectamente!

-No lo sé.

Ron pateó una de las patas del sillón.

-¿Qué? -le gruñó a Hermione. -¡Me muero de hambre! ¡Lo único que he comido desde que casi me desangro hasta la muerte han sido un par de hongos!

-Entonces ve y ábrete camino luchando a través de los dementores. -dijo Harry, enardecido.

-Lo haría, pero mi brazo está en cabestrillo, ¡por si no te habías dado cuenta!

-Eso te es muy conveniente.

-Y qué se supone que significa...

-¡Ron!

-¡Harry! ¡Dame el relicario! -exclamó Annie frente a su novio y extendiendo la mano con el ceño fruncido. Harry la miro con enojo- ahora.

Harry masculló algo y se lo quitó bruscamente, dándoselo a Annie de mala gana. En cuanto lo hizo, sientió que un gran peso se levantaba de sus hombros y miró a Annie bastante arrepentido y avergonzado.

-Ann..

-Lo sé -sonrió ella para luego borrar su sonrisa- si vuelves a hablarme de esa manera, Harry Potter, tendremos que adoptar, y lo digo en serio.

Harry tragó y desvió la mirada, bastante asustado a decir verdad, siendo observados por Hermione y Ron, incrédulos.

-Pienso que deberíamos turnarnos para llevar esto -dijo Annie pasándoselo por el cuello.

-Genial -dijo Ron irritado-, Ahora que hemos resuelto eso, por favor, ¿podemos conseguir algo de comida?

-Bien, pero iremos a otra parte a buscarla -dijo Hermione lanzándole a Harry una mirada de reojo-. No hay necesidad de que nos quedemos en un lugar donde sabemos que hay dementores apareciéndose por ahí.

Al final se acomodaron para pasar la noche en un campo remoto perteneciente a una solitaria granja, de la cual se las habían ingeniado para obtener huevos y pan.

Annie se había esmerado en prepararlos y que alcanzara para todos. Dejó un plato frente a cada uno y Ron fue el primero en lanzarse a devorarlos.

Annie y las Reliquias de la MuerteМесто, где живут истории. Откройте их для себя