Baby, heaven's in your eyes. ✧ HyunMin -αdαpтαcιóɴ

021.

— ¡Seungmin! —Su mamá lo llamó desde el primer piso.

— ¿Qué? —Gritó de vuelta. Estaba en la mitad de un episodio y la última cosa que quería hacer, era pararse de la cama.

Al no escuchar respuesta de su madre, supo que tenía que ir donde ella. Se paró y bajó al primer piso. Odiaba inmensamente cuando sus padres lo llamaban y tenía que bajar para ver que querían.

— ¿Qué pasa? —preguntó, tratando de no sonar muy molesto.

— ¿Qué es esta mancha? —su mamá preguntó, apuntando a la mancha café en el mueble blanco.

Mierda.

Era una mancha de la cerveza que accidentalmente Changbin derramó, hace un día, lo recuerda.

—Uh... Estaba bebiendo un poco de champaña y accidentalmente derramé un poco.

—Le hubieras podido pedir a una de las empleadas que limpiaran.

—Lo siento.

—Está bien.

— ¿Pasaste un buen tiempo en Nueva York? —Preguntó, tratando de cambiar el tema.

Su madre asintió. Sus padres recién habían llegado a casa, y obviamente su madre ya había encontrado algo con qué molestarlo.

—De hecho, Ryujin nos llamó para preguntarnos cómo íbamos. Parecía un poco sorprendida por el hecho de no estuvieras con nosotros.

— ¿Qu-Qué dijo? —Seungmin preguntó, asustándose.

—Yo le dije que te habías quedado en casa. ¿No la invitaron a la fiesta de Jisung?

—Uh... L-La cancelaron, por lo que y-yo sólo me quede en casa.

—Oh, bueno. ¿Terminaste las tareas extra que tenías?

Él asintió, aliviado de que su madre no hiciera muchas preguntas. Sabía que si lo hiciera, se asustaría demasiado y todo se iría en picada desde ahí. Seungmin pasó todo el día en su habitación, leyendo y viendo Netflix en su Macbook. Llegó a un punto en el que se cansó y suspiró, porque quería salir a algún lado, divertirse un poco. Pero no podía porque sus padres no lo dejarían y además, no tenía con quien salir.

Un par de minutos después, cuando se cansó de observar su habitación, llamó a Jisung.

—Hola, Seungmin —Jisung saludó al otro lado de la línea, y bueno, sonaba un poco nervioso.

— ¡Hey! Estaba pensando que podíamos reunirnos hoy, ya sabes, podrías venir o...

—Uh... De hecho, t-tengo una cita con Minho.

La boca de Seungmin cayó abierta ante las noticias.

— ¿T-tú qué? ¿Dónde? ¿Qué?

—Él me invitó ayer.

— ¿A dónde van?

—A un restaurante Italiano que a él le gusta.

— ¿Y-bien? Entonces, ¿Ya están juntos-juntos?

—Eso creo.

—Oh, bueno... Lo siento, quiero decir, buena suerte. Diviértete.

Seungmin no esperó a escuchar la respuesta de Jisung, colgó y se sentó a los pies de su cama. Nunca había estado más aburrido en su vida. Sentía que podía llorar de frustración.

[...]