Esos ojos de nuevo

48 2 2
                                    

Jueves 16 de noviembre

Llevo unos días de mierda, pero como de normal. Lo único interesante que hago al día es dedicarle un par de sonrisas al chico nuevo por las mañanas, y quedar por las tardes con Mérida o David y sus amigos. 

Tampoco me ha dado mucho tiempo a adaptarme a este nuevo barrio, pero cada vez que vuelvo a casa sobre las 8 de la tarde, el parque que hay justo detrás de mi casa da bastante miedo. Es por ello que David siempre que puede me acompaña, ya que sabe que soy un poco paranoica. Bueno, un poco no, bastante.

Estoy esperando en la parada de autobús después de salir del instituto. Con mis cascos colocados como habitualmente, y con mi rostro serio y aburrido de todos los días. Al llegar el bus veo que está lleno, un día más y me amargo. Pero en la puerta está ese chico de ojazos que me trae un poco distraída últimamente. 

Entro y lo veo con muletas, él me sonríe como cada día y yo intento preguntarle por lo que le ha pasado, pero el chófer rápidamente hace que siga andando hacia dentro del bus, hay mucha gente y no me puedo parar en la puerta. Al andar, para mi absoluta sorpresa me encuentro con esos ojos de nuevo; los de Hugo mirándome fijamente. Joder, lo que me faltaba. 

No para de mirarme a pesar de que el autobús está repleto. Estoy justo en medio y no paro de sentirme observada. Me estoy poniendo bastante nerviosa, y empiezo a sudar, mi cuerpo conoce esos ojos y responde ante ellos casi inconscientemente. El chico de ojazos también me mira. ¿Por qué? No me gusta nada que estén pendiente de mí, y mucho menos dos personas que me gustan. Espera, he dicho gustar. ¿De qué estoy hablando? No me soporto ni yo.

A cada parada que pasa, más cerca estoy de Hugo, pero al fondo veo a mi gran amigo Alan. Hacía mucho que no lo veía, por lo que es mi momento para saludarlo. Intento moverme por allí como puedo hasta él, no sin antes dedicarle una sonrisa a Hugo y él pasar de mí. Soy gilipollas, lo tengo claro. Alan al verme se alegra bastante, hacía mucho que no nos veíamos.

-Hombre enana, ¿qué haces tú por aquí?- Le doy dos besos y me hace sentarme encima suya ya que no paran de aplastarme. Gracias a Dios porque no soportaba más. Estoy sentada dando la espalda a Hugo, procuro no mirarle y prestar atención a mi amigo que me tiene sujeta por la cintura para no caerme, ya que el peso de la maleta cae sobre mi espalda y estoy un poco en "el aire".

-Pues me he mudado ¿sabes?, y ahora tengo que ir y venir en este horrible autobús.- Suspiro, pongo los ojos en blanco y ríe.

-Ya te acostumbrarás pequeña, a mí me pasaba igual, pero no quiero irme andando.- Asiento, el autobús para, y no puedo evitar volver la cabeza.

Hugo se marcha, pero antes de que me de tiempo a apartar la mirada, me guiña un ojo, y ese gesto hace que me quedé pasmada, y luego que lo siga con la mirada hasta que desaparece de mi vista. 

-Hey, ¿estás bien?- Vuelvo a la realidad cuando la mano de Alan pasan un par de veces delante de mí. 

-Sí, perdona. Estoy un poco distraída.- Realmente tengo mil ganas de contarle todo a Alan y que me diga qué hacer, aunque sea obvio. Él ha sido siempre bastante importante en mi vida y me ha escuchado cuando lo he necesitado. Sin embargo hace un tiempo que no hablamos, ni nos vemos, y eso quieras o no, hace que nos hayamos distanciado mucho. Aunque no puedo evitar sentirme en casa cuando estoy con él. Sé que va a estar siempre, pero quizás no de la forma que a mí me hubiese gustado, aunque dejemos ese tema a un lado.

-Ya veo, pero ¿seguro que estás bien?- Afirmo de nuevo y nos interrumpe una chica que hace bastante que la conozco, pero que realmente nunca hemos tenido confianza.

-Eva, llevo un par de días fijándome en el chico que se baja contigo en tu parada. ¿Tenéis algo o qué?- Me río, y ojalá tuviera algo pero no.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 28, 2020 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

La vida de EvaWhere stories live. Discover now