Sixteen✨

1.3K 153 51
                                    

El tiempo pasó volando para esos dos, los días siguieron junto a varias salidas y pequeñas sorpresitas por parte de Yoongi. Sin siquiera notarlo ya era el día de la competencia y el duelo.

Yoongi se escabulló en la habitación de Jimin, aún faltaban unas cuantas horas para que comience todo, son las 9am y El Capitan debe de estar en el campo para calentar a las 12. Tiene tiempo de sobra para pasarla con su pequeño.

—Creo que estoy un poco nervioso...— confesó el rubio, con su mejilla siendo aplastada por el tonificado pecho de su mayor —No quiero llegar a hacer el ridiculo ¿que tal si me caigo y golpeo mi hermoso rostro? —puchereó.

Yoongi se encontraba acostado en la gran cama del menor, acariciando el cabello de este, ya que el pequeño estaba recostado sobre él.

—¿El gran Park Jimin se encuentra nervioso? No puedo creer esto. —besó su frente de forma delicada— eres el chico más seguro de sí que he conocido, no debes de sentirte así.

El menor subió su mirada con un puchero, enterneciendo al temido capitán.

—Eres una cosa hermosa— tomó las mejillas, un poco más rellenitas que las otras veces, con sus dos manos.

—Por tu culpa he subido de peso— frunció el ceño sin quitar el puchero— no debí aceptar comer esos helados y pie de fresas.

—Yo opino que te ves más lindo así— le dio varios piquitos en los labios de patito de su niño —Te vez tierno.

—¡No Debo causar ternura, tengo que causar temor!— hizo un pequeño berrinche.

—Quizás a los otros sí causes temor, pero a mí sólo me causan ganas de comerte —mordió el labio inferior de Jimin de manera lenta— Siempre sabes a cerezas.

—Es por el bálsamo

—Así que el pequeño Jimin se aplica bálsamo de cerezas cada vez que nos vemos ¿eh? Pervertido —alzó y bajó sus cejas varias veces haciendo sonrojar al rubio.

—No voy a negar eso— confesó escondiendo su cabeza en el cuello de Yoongi, oliendo la rica fragancia de menta que portaba.

—Eres todo un pícaro— carcajeó dándole un par de pequeñas nalgadas— ¿Por qué no te pruebas el uniforme con el que vas a competir?

—De hecho en eso estaba pensando, quiero que me digas si luzco bien o no— se levantó de la cama, dirigiéndose a una puerta que parecía ser otra habitación— este es mi armario, ya vuelvo.

Yoongi abrió los ojos sorprendido, ese armario era del tamaño de su sala de estar.

En cuestión de minutos, Jimin salió modelando un típico traje de porristas, con una falda roja de paletones y un croptop del mismo color.

—¿Y bien?— preguntó curioso dando media vuelta de manera rápida, dejándole ver un poco más allá de sus piernas.

—S-se te ve bien— tragó saliva, tiene que calmarse.

—¿Solo "bien"?—enarcó una ceja— haré unas cuantas porras y tú me dices que tal me salen.

Asintió embobado.

Y así Jimin empezó a hacer varias rutinas que recordaba de Busan, algunos saltos mortales y levantamiento de piernas, acompañado de algunas porras, obvio.

—¿Y Ahora?—preguntó agitado por tanto movimiento, caminando hasta un mini refrigerador, sacando una botella de agua.

—Cariño, con todo el respeto que te mereces...—Jimin lo volteó a ver extrañado— que buen culo tienes

—¿Por qué lo dices tan de repente?— cuestionó divertido, acercándose de nuevo a Yoongi. Ofreciéndole beber agua también, lo cual aceptó.

—Bebé, no llevas nada abajo...— murmuró luego de beber todo lo que quedaba de la botella, acomodándose mejor para quedar frente a Jimin.

El rubio se sobresaltó, levantando un poco su falda, confirmando que en efecto, se le había olvidado ponerse unos bóxers.

—Hyung, eres un pervertido ¿Por qué no me avistaste antes?— cruzó sus brazos mirándolo de manera acusadora.

—Bueno... la vista era perfecta— carcajeó al recibir varios golpes que en realidad no le dolían.

—Eres imposible, que vergüenza — se levantó molesto, dispuesto a salir de la habitación, pero Yoongi lo tomó de las caderas, sentándolo en su regazo.

—¿A donde crees que vas, príncipe?— carcajeó— vergüenza robar ¿A caso eres virgen?— enarcó una ceja.

Jimin negó con la cabeza como si fuese algo obvio.

—Mira cariño, es inevitable no quitar los ojos de ti, eres como un dios griego— acercó aún más a Jimin, sentándolo justo sobre su erección, el rubio simplemente se dejó hacer.

—Lo sé— ladeó la cabeza besando a Yoongi de manera corta.

—Yo sé que lo sabes— acarició sus piernas, subiendo poco a poco hasta amasar sus muslos por debajo de la falda. Jimin jadeó, pero se bajó de un salto.

—Bien, te ayudaré con eso— señaló la grande erección del pelinegro— Pero con una mamada, estamos yendo muy rápido como para follar.

Yoongi asintió estando de acuerdo, tampoco quería apresurar las cosas con el bello chico.

Jimin se puso de rodillas, bajando los pantalones de Yoongi junto a sus bóxers, dejando libre a ese mastodonte.

—Es muy grande y grueso~— sus ojos brillaron sorprendidos y eso hizo que Yoongi carcajeara.

—Vamos, príncipe. No aguanto más.

Y sin pensarlo el rubio se comió el pene de su hyung, practicando la garganta profunda, Yoongi jadeó sorprendido, sintiendo su falo en la caliente boquita de su pequeño.

Se quedó así unos segundos más hasta que lo sacó por completo, empezando a chupar de forma rápida la punta, mientras comenzaba a tocarse a sí mismo.

—J-Joder lo haces muy bien— murmuró tomando los rubios cabellos de manera fuerte, empezando a follar de forma lenta la garganta de Jimin, no queriendo ser brusco para dañarlo.

Luego de unos segundos, Jimin hizo un sonido para que se detuviera y poder así respirar.

—Demonios, me duele la quijada— empezó a toser un poco, subiendo su mirada notando a Yoongi masturbandose admirándolo en ese estado.

No saben si pasaron diez, quince o veinte minutos. Pero los dos se vinieron en sincronía, Yoongi soltando un gruñido admirando la carita de Jimin manchada de su semen, y el rubio con un chiquillo, ensuciando su falda.

—Creo que tengo que ponerme otro uniforme— confesó divertido el pequeño.

—De todas formas no iba a dejar que salieras con eso tan corto— besó cortamente sus labios, sintiendo su sabor en ellos.

Jimin se dirigió a su baño, dándose una ducha, Yoongi tomó su celular notando la hora.

—¡Bebé!— se adentró al baño admirando la desnuda figura del menor — Debo irme, faltan 20 minutos para las doce.

Se acercó a Jimin, estirando sus labios y el rubio sin esperar le dio un beso de despedida.

—Te veo allí— murmuró feliz, sintiendo un ardor en su nalga izquierda.

Yoongi le había nalgueado

—¡Te quiero! — soltó Yoongi para luego salir de su habitación, ya que la casa se encontraba vacía.






















Amo esta historia, osea ¿A quién no le gusta el Yoonmin?

My boo ♡ YoonminKde žijí příběhy. Začni objevovat