Eighteen✨

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—Soy princess y tú príncipe— la pequeña empezó a dar varios saltitos en el asiento del taxi.

—Claro que sí, iremos a mi castillo.

Llegaron al lugar, pagando el taxi bajaron tomados de la mano. Jimin abrió el gran portón de la entrada, haciendo ver el gran jardín delantero.

La pequeña corrió hasta la fuente admirando los pececillos que nadaban allí. De la emoción empezó a dar varios gritos, metiendo sus manos al agua.

—Princess, no toques esa agua. Las princesas no hacen eso—la regañó de manera sutil e hizo caso de inmediato.

—En realidad la princesa Tiana limpió un lugar lleno de polvo y no le importó ensuciarse— comentó la niña pero de igual forma se apartó de la fuente.

Jimin evitó entrar por la puerta del frente, por lo que se dirigieron del otro lado de la casa, donde habían varias enredaderas. El rubio tomó una perilla café así abriendo una puerta llena de plantas, al parecer secreta.

—¡Wow!—Exclamó princess y Park sonrió enternesido, esa solo era la puerta de emergencia, pero para la mente de aquella niña se trataba de un castillo Real.

Se adentraron así llegando a la cocina, donde Chenle preparaba la comida y donde se guardaban las verduras y frutas.

—¡Tengo mucha hambre, príncipe!— soltó mirando la gran variedad de alimentos—¿podemos hornear algo?

Jimin abrió los ojos sorprendido, no es que sea un bueno para nada pero honestamente no sabe ni hacer un poco de arroz, no lo juzguen, su madre siempre ha contratado chefs o nanas para que se encargaran de esas cosas.

—¿Que tal si mejor le decimos al chef que haga algo por nosotros?—intentó persuadirla pero esta negó con la cabeza haciendo un puchero.

—Yoonie oppa siempre hornea cosas conmigo —estuvo a punto de soltar el llanto y pues Jimin no sabía que hacer.

Puso las manos en su cintura chasqueando los dientes, hasta donde sabe la niña tiene 7 años y es un poco llorona y caprichosa.

Le recuerda a él en su infancia

—Está bien, está bien— actuó al ver pequeñas lágrimas bajar por sus mejillas— pero pediremos ayuda o terminaremos quemando el castillo.

Llamó a Chenle con un grito, y este apareció en la puerta con ropa casual cosa que sorprendió a Jimin al no verlo con su uniforme.

—Oh, no sabía que estaba aquí. Pensé que la casa seguía vacía— Hizo una reverencia y la pequeña por instinto la imitó.

Jimin bufó ¿dónde se habían metido todos desde temprano?

Le preguntó al chef aquello, pero este le respondió con que se habían marchado por ahí de las 7a.m. con ropa formal luego de que hayan desayunado.

Se ofreció a ponerse el uniforme de trabajo pero el rubio negó diciéndole que no se preocupara.

Luego de unos minutos, Jimin terminó sentado en una silla por orden de princess, luego de que casi quemara el azúcar que le habían dicho que derritiera. Pero no sin antes advertirle a Chenle que no dejara que la niña se acercara a cosas calientes.

Tomó su celular, el cual Namjoon le había devuelto cuando se quedó en su casa. Para ver si habían llamadas de los padres de Yoongi con alguna noticia.

Jimin se encontraba realmente preocupado por la salud de su no-novio. Aquella caída fue horrible, y tiene miedo de que tenga alguna lesión grave. Admiró a la pequeña, quien parecía feliz haciendo flan y cupcakes, al menos ella ya se le había olvidado lo que ocurrió, o quizás no, pero se encuentra totalmente distraída como para recordarlo.

My boo ♡ YoonminWhere stories live. Discover now