Capítulo 27 - Supongo que... Italia ahi voy

80 9 10
                                    

El resto del fin de semana, me dediqué a prepararme psicológicamente para lo que iba a suceder... ademas de ignorar cualquier llamada o mensaje de Sebastian, ya que iba a pasar dos semanas conviviendo con él y su familia, no quería verlo ni escucharlo por al menos un día. No es que me moleste pero lo encuentro muy raro y algo incómodo, sabiendo los efectos que causa en mi persona y él teniendo novia, lo mejor es evitarlo.

Es lunes, son las 5 de la mañana y yo tengo el aspecto de un zombie de The Walking Dead *seguro me presento para una audición y me contratan* pienso. Estoy en el lobby esperando a Sebastian con mi equipaje y una gran cantidad de nervios, por el viaje en si y porque nunca en mi corta vida he viajado en avión.

Mierda, necesito calma *respira Emma, tranquilidad* me digo a mi misma. Ya me tomé dos calmantes y  una pastilla para no vomitar, tengo en mi bolso de mano una para dormir y varios calmantes más... espero que no me arresten por tráfico de drogas.

Después de pensar todas las posibles situaciones y casos que un avión podría pasar, Sebastian llega.

"Estoy afuera" me escribe, salgo y ahí está. Sentado en su auto con la ventana abierta y su típica sonrisa de siempre, que por alguna razón, me tranquiliza un poco.

-Hola tú- me saluda

-Hola- le respondo sonriendo

-Déjame ayudarte- dice y se baja del vehículo dirigiéndose a mi para tomar mi valija, me quedo con mi bolso en la mano y subo al auto. Cuando termina de guardar las cosas en el portaequipajes,  sube a mi lado y partimos hacia el aeropuerto. Al principio no hablo, me dedico a mirar por la ventana y evitar contacto visual con Sebastian.

-¿Estás bien?- me pregunta serio. Sin mirarlo respondo fría

-Si

-¿Segura? Si quieres puedo regresar, no quiero que te sientas obligada. Con haber venido hasta aquí, ya demostraste lo genial que eres Em. No quiero que me odies- me dice tranquilo y sincero. Lo miro sonriendo de a poco y le digo

-Solo estoy un poco nerviosa, nunca he subido a un avión. Gracias por preocuparte... y si quiero ir, en serio. 

-Genial- me dice más tranquilo y vuelve a mirar al frente para seguir conduciendo

-Y Sebastian...- agrego

-¿Si?- responde sin apartar la vista del camino

-¡No te odio idiota!- le digo riendo y golpeando su brazo suave. 

-Lo sé,  solo quería que lo dijeras- me dice riendo y no hablamos más hasta llegar al estacionamiento del aeropuerto.  Nos bajamos y tomamos nuestras valijas, entramos al enorme lugar y Sebastian me indica a donde debemos ir. Nos sentamos en un par de sillas algo incómodas y dejamos el equipaje a nuestro lado. Está bastante concurrido por lo que me siento algo abrumada. 

-Quédate aquí,  iré a confirmar nuestro vuelo ¿si? Cualquier cosa me llamas al celular- me dice como quien le habla a una niña pequeña y  se para para ir a donde sea que eso se haga.

-Si, ve. Estoy bien, en serio... papá- le respondo sonriendo. Él se ríe y se va. Saco un libro de mi bolso y me pongo a leer un rato para distraerme y pasar el rato.

-Mamá mira, un pitufo- escucho que una voz chillona dice cerca de mi. Levanto la vista y es una niñita de unos 5 años que me apunta con el dedo.

-No es un pitufo Amanda, es solo una chica. Vamos- le dice la madre regañona mientras tira de su pequeño brazito

-Pero es enana y azul- le reprocha la niña mientras camina. 

Cuestión de SuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora