Cap 11

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Derek:

Hoy es el sexto cumpleaños de Claudio. Lo que indica que han pasado seis años desde la muerte de Stiles.

No ha pasado un día en que no extrañe a ese fastidioso pero encantador humano.

Durante estos años he buscado en cada rincón del país a Noah,pero no he encontrado rastro alguno de su paradero. Comienzo a tener la leve sospecha de que alguien le informa de mis escapadas para capturarlo .

Hoy no quiero pensar en nada de eso. Lo único que quiero hacer en este día es estar junto a mi hijo y darle una tarde inolvidable.

Me gusta hacer de cada cumpleaños algo inolvidable. Es bello ver la sonrisa que pone al abrir sus regalos o al que yo le cuente cómo es que conocí a su padre.

Cada noche en su cumpleaños le cuento cómo conocí a Stiles, el chico por el cuál me volví completamente loco y bobo en esas cursilerías del amor.

Obviamente tuve que adaptar la historia como cuento infantil. No podía simplemente decirle a mi hijo que yo era un idiota con su padre.

Cada día que pasa Claudio se parece más a Stiles. Tiene mi temperamento pero cada gesto y movimiento que hace es una copia de lo que hacía Stiles.

- ¿Podemos ir a casa de los abuelos- mi pequeño me saca de mis pensamientos cuando llega corriendo hacia mí.

Me levanto del sillón en el que me encuentro y me dirijo hacia la cocina. Escucho unos pasos tras de mí.

Pongo los guantes de cocina sobre mis manos y con cuidado abro el horno. Un olor a exquisito sale al bajar la compuerta.

-¿Qué es?- la voz curiosa de Clau se escucha a mi lado.

Pude haber hecho esto antes ,pero no. Se me olvidó por completo que no había hecho la tarta que tanto le gusta a mi demonio.

Debo de admitir que la primera vez que hornee un pastel fue todo un completo caos en la cocina. Había utensilios por aquí,harina por allá y no olvidemos chocolate por todo mi rostro.

Aún recuerdo la expresión que puso mi madre en su rostro al verme cubierto de chocolate. Ese año le pedí que cuidará del pequeño Claudio mientras yo hacía unas cositas por ahí. No tenía idea de que regresaría con el niño antes de tiempo y mucho menos que yo sería un completo desastre en la cocina.

Tuve que hacer al menos tres intentos hasta lograr que el dichoso pastel me saliera bien.

-Cierra los ojos- volteo la vista hacia él y veo que ha hecho lo que le he pedido.

Con cuidado me muevo de su lado y voy hasta la encimera para poder dejar el pastel sobre ella.

-No los abras hasta que yo lo diga- mis palabras salen como una amenaza pero él sabe que no es así.

En todo el tiempo que ese pequeñín ha estado en mi vida no le he levantado la voz ni una sola vez. Por más enojado que esté con él me es imposible poder regañarlo. Sólo veo esos ojos y cualquier regaño o sermón que tenía preparado se esfuma.

Me apresuro en ponerle a la tarta la vela que he comprado.

Me acerco hasta Claudio para ponerme en cuclillas y poder alzarlo en el aire entre mis brazos. Suelta una pequeña risa cuando sus pies dejan de tocar el suelo y eso me alegra el corazon, lo que me hace sonreír .

-Bájame , papi- patalea cuando comienzo a caminar y ve que mis intenciones no son bajarlo.

- Abre los ojos- acerco su rostro un poco hacia la tarta.

Milagro De AmorWhere stories live. Discover now