X

8.5K 887 102
                                    

Iba caminando por la calle, respondiendo unos mensajes de texto, mientras se dirigía a la escuela de su hijo para buscarlo.

Ella había terminado de dar clases, y Zhanda saldría pronto de las suyas también.

—Erit.

Se giró al escuchar que la llamaban, y se encontró con aquel hombre, que creyó que no volvería a ver en su vida. Llevaba su cabello rubio bien corto, y se había dejado crecer la barba, aunque ésta estaba bien cortada, prolija.

—Jeak.

—No sabía que estabas aquí en Kanat'ma.

—Vivo aquí.

—¿Desde hace cuánto tiempo?

—Em, cuatro años creo.

—Ah, ya veo... ¿Eres profesora de la universidad? Te vi saliendo de ella.

—O podría ser alumna también, pero mentir no se te da bien, ni disimular. ¿Qué es lo que quieres saber, Jeak?

—Nada, sólo te vi y tuve curiosidad de saludarte.

—Ya veo, en ese caso, que andes bien —le dijo guardando el celular en su cartera, para retomar su camino.

—¿Él también vive aquí? —le inquirió siguiéndola.

—Por supuesto ¿O te crees qué lo dejaría solo?

—Sí, fue una pregunta estúpida. Y... ¿Está bien?

—Sí.

—Ya debe estar en la escuela ¿No?

—Así es, va a la escuela, como cualquier otro niño normal. Igual, no te preocupes, es niño, no niña, no debes temer porque el día de mañana pueda ser una prostituta, y encima las personas se enteren que tú la engendraste.

—No es mi hijo, no me importa lo que piensen los demás. Varón o mujer, es lo mismo.

—Claro —le dijo indiferente.

Sintió que él dejaba de seguirla, y rodó los ojos. Los años pasaban, y él seguía igual de imbecil.

***

—Hay muchas golosinas ricas, y juegos, sé que nos vamos a divertir mucho.

—Pero yo quería seguir estudiando, ma.

—Hoy es sábado, mi amor, es día de descanso —sonrió comprando dos boletos para entrar al parque de diversiones—. ¿Qué quieres comer primero? Mira todas las tiendas que hay.

—Me recuerda a Eritma en carnaval —sonrió el niño.

—¿Verdad qué sí? Las luces, los puestos, las personas felices. Es como una pequeña Eritma —sonrió Erit llevando a su hijo de la mano, hasta un puesto de palomitas.

Compró unas palomitas dulces para ambos, y dos refrescos de naranja, continuando caminando.

—¿Están ricas?

—Sí, me gustan.

—Mira, hay una función de títeres allí ¿Quieres ir?

—Ma, no tengo dos años.

—Pero si hay niños de tu edad, ven —pronunció divertida, al ver la expresión molesta del niño.

Hicieron ambos la fila, para poder comprar dos boletos, y al escuchar al niño hablar, una mujer se giró, sonriendo.

—¡Zhanda! Hola cariño —sonrió una mujer pelirroja al ver al niño—. Y hola mamá también.

—Hola, no sabía que la encontraríamos aquí.

—Sí, vine con mi hija y mí marido. Saluda cariño —murmuró Meris a su esposo, que seguía de espalda.

Al rubio no le quedó más que girarse, y fingir una leve sonrisa al ver a Erit y Zhanda.

—Hola.

—Hola —sonrió el niño al ver a la bebé.

—Ow, es una pequeñita muy linda —sonrió Erit mirando a la bebé, sin prestarle atención a Jeak—. ¿Cuál es su nombre?

—Taeli, y tiene casi cuatro meses ya.

—Recuerdo cuando Zhanda tenía su edad, estaba todo el día prendido a mi pecho —sonrió.

—¿En serio? Qué suerte tuviste al poder darle el pecho a tu hijo. La niña nació por cesárea, y no sé porque nunca tuve leche para darle. Sólo los primeros días pude amamantarla, muy poquito, y después se me cortó.

—Que triste, es una experiencia única. ¿Y por qué nació por cesárea?

—Era muy grande, y mi pelvis muy estrecha. Salió grande como el padre —sonrió mirando a Jeak.

Erit miró a Jeak, y sonrió levemente.

—Es verdad, y se parece mucho a él.

—¿Verdad que sí? Tiene la misma forma de ojos y nariz —sonrió Meris.

—Sí, no hay dudas de que es su padre —pronunció con cierta diversión en su mirada.

Erit observó a su hijo y luego sonrió.

—¿No quieres ver la función?

—No, prefiero ver los otros puestos.

—De acuerdo —sonrió—. Qué disfruten la función, y nos vemos el lunes en la escuela, maestra. Y felicidades una vez más, tienen una niña preciosa.

...

A veces, hace falta ser un poquito 🐍 jajaja 🤣♥️

EritmaOnde histórias criam vida. Descubra agora