XXII

7.9K 819 62
                                    

Eran cerca de las doce de la noche, y Zhanda ya se había ido a dormir hacía más de una hora. Erit y Jeak seguían en la sala, terminando un café, mientras hablaban.

—Entonces ¿Qué querías darme? —le preguntó curioso, al ver qué ella terminaba su café.

—Espérame un momento aquí —sonrió tomando la taza de él, y la de ella, para dejar ambas en la cocina.

El rubio asintió con la cabeza, y bostezó con cierto cansancio. Ya era bastante tarde, después de que Erit le diera lo que tenía para él, se iría a su departamento a dormir.

Y unos quince minutos después, la joven castaña regresó, sonriendo.

—Es una sorpresa ¿Puedo vendarte los ojos?

—Claro —le dijo curioso, antes de que ella se colocara detrás de él, y le vendara los ojos con una tela negra—. ¿Cuál es la sorpresa?

—Camina despacio detrás de mí —sonrió tomándolo de la mano—. Ya lo verás cuando lleguemos.

—¿Cuándo lleguemos? ¿A dónde? —le dijo caminando detrás de ella, con pasos lentos.

—A un lugar... Especial por ésta noche.

—¿Vas a matarme y tirar mis restos? —preguntó divertido.

—Ya lo verás, curioso —sonrió.

Y luego de unos minutos, Erit se puso en puntas de pie frente a él, y le quitó la venda. Jeak abrió los ojos, y miró confundido que estaban en una habitación que él no conocía, pero, en el centro estaba la cama de ella, contra una de las paredes.

La habitación tenía la luz apagada, pero estaba iluminada por pequeñas velitas. Habían varios inciensos prendidos, dejando un aroma dulce en el ambiente.

Erit sonrió y cerró suavemente la puerta, antes de tomarlo de la mano y sentarlo en la cama.

—¿Q-Qué es todo esto?

—Es algo para ti. Toma un poco —le dijo dándole una infusión humeante.

—Creo que ya tomé mucho líquido.

—Toma éste té, hazme caso —sonrió.

—De acuerdo.

Erit se subió a la cama, colocándose detrás de él, y luego pasó suavemente sus manos por los hombros de él.

—¿Estás cansado?

—Un poco.

—Bueno, quiero que te relajes —le dijo en un tono suave, pasando sus manos hacia su pecho—. No pienses en nada.

—Mm, como quieres que no pienses en nada así.

—Relájate, Jeak —ronroneó rozando sus labios contra el oído de él—. Hazme caso.

Se estremeció al sentirla, y un ronco ronroneo se escapó de su garganta.

—Bebe un poco más de té.

Él se llevó la taza a los labios, y Erit llevó sus manos hacia la cinturilla de la camiseta de Jeak, para subirla lentamente, acariciando su vientre, sintiendo sus abdominales.

—Erit —gruñó.

—Levanta tus brazos —ronroneó, logrando que él lo hiciera.

La castaña besó su hombro, y subió hacia su cuello, haciéndolo gruñir.

—¿Te sientes bien?

—Sí —gruñó con los ojos cerrados, apretando los puños.

—¿Estás relajado? —le preguntó pasando sus dedos sobre los de él, antes de que Jeak los entrelazaras.

—No, no estoy relajado.

—Mm, creo que te hace falta más té —sonrió rozando sus labios contra el cuello de él.

—Preferiría que estés encima mío.

—Mira que picarón resultaste ser —le dijo traviesa, antes de ponerse a un lado de él, y que Jeak se subiera a la cama.

Erit lo miró con una suave sonrisa, y se subió sobre los muslos de él, pasando sus brazos por detrás de los hombros del rubio.

—Eres un hombre completo, Jeak. Y verás que nada ha cambiado.

—Si fuera así, ahora mismo estarías sentada sobre una erección —pronunció bajo.

Ella le dio un suave beso sobre los labios, abrazándolo.

—Tenemos toda la noche, nadie dijo que tiene que ser rápido, sino especial.

***

—Algunos meses después—

—Estoy enamorado... Creo.

Batiet miró a su amigo, y luego rio divertido.

—¿En serio? ¿Enamorado? En verdad me cuesta creerlo. Hace unos meses te separaste de la mujer que supuestamente era tu umi'et.

—Lo que pasó con Meris es tiempo pasado, ya ni pienso en eso. Conocí a una mujer maravillosa, que ha logrado aceptarme.

—Es increíble si es así, sólo que creo que es muy pronto, Jeak. Hace tres meses te separaste de tu ex mujer.

—Que es parte del pasado, Batiet. El tiempo es irrelevante.

—De acuerdo ¿La conozco? ¿Cómo se llama?

—No la conoces en persona, pero sí hemos hablado de ella antes.

—¿Sí? ¿Es alguna de tus amigas?

—No.

—¿Entonces?

—Es la mamá de mi hijo —le dijo sin rodeos—. Estoy enamorado de Erit.

Batiet lo miró desconcertado. No sólo estaba admitiendo que estaba enamorado de ella, sino también estaba llamando hijo a ese niño.

—¿Hablas en serio?

—Erit es todo lo que siempre he necesitado, sólo que antes era demasiado estúpido para poder verlo. Ella ha logrado ayudarme, a sacarme de la mierda que me rodeaba, a superar mi problema de... Erección —pronunció bajo.

—¿Y ella? ¿Qué siente por ti?

—Tal vez nada —reconoció con aflicción—. Ese es el problema, ella no quiere tener ningún tipo de relación con un hombre.

***

La joven castaña estaba tarareando una canción, mientras acomodaba la habitación que sería de su nuevo bebé. Ya se encontraba de casi cinco meses, y pronto podría conocer el sexo del pequeño.

Si es que se dejaba ver.

Tomó un oso de peluche color beige, y lo colocó sobre la cuna, acariciando su panza.

—Pequeñito mío, ya quiero conocerte. Me llena ilusión la simple idea de poder cargarte en mis brazos, de verte por primera vez, de saber finalmente como serás.

—¿Y me dejarías ser parte de ese momento también?

Se giró al escuchar la voz de Jeak, y sonrió al verlo junto a la puerta.

—Por supuesto, todos los tíos de mi pequeño ser, están invitados a conocerlo.

—¿Tío? ¿Tienes sexo con los tíos del bebé? —le preguntó divertido, entrando con una bolsas de compras, con dibujos infantiles.

—Eres el tío "especial" —rio.

—Bueno, me conformo con ser el tío especial entonces —sonrió dejando las bolsas sobre una silla, para apoyar ambas manos sobre la panza de Erit—. Mm, está pancita está pequeña, yo digo que será una niña.

—¿Tú crees?

—Sí, será una hermosa bebita —le dijo antes de agacharse y darle varios besos cortos sobre su vientre—. El tío "especial" ya quiere conocerte también, bebé.

Erit sonrió divertida y rodó los ojos, acariciándole el cabello.

No sé haría falsas ilusiones con él.

...

EritmaWhere stories live. Discover now