A parte de la escuela, estar en casa resultaba igual de agotador. Se encargaba de ayudar a su abuelo, que no se quedaba quieto ni por un segundo. Eso le preocupaba, por lo que se ofrecía a ayudarlo a realizar las tareas del hogar. Lo consideraba como un agradecimiento, además, alguien debería ser el buen chico en ese hogar. A su hermanastro Kaigaku sólo lo veía en la escuela y por algunas noches. Se suponía que vivía con ellos, pero más parecía que vivía en las calles. Casi nunca llegaba a casa. Era un rebelde, sí. Pero suponía que se divertía. Él, por su parte, también se ilusionaba con salir por las noches, a fiestas o solamente a pasar tiempo con sus amigos. Demasiado inocentes. Se conformaba con visitarlos a sus casas, aunque nunca había ido a la casa de Inosuke. Su punto de encuentro siempre fue en la casa de Tanjirou o en la suya, y solo era para hacer la tarea, aunque a veces se ponían a hablar de cualquier estupidez.
Esa tarde iría a realizar una tarea, no, no era una tarea inventada. El profesor Rengoku les había asignado un nuevo proyecto, por lo que lo harían en grupo. Tanjirou accedió y ofreció su casa, y hasta se comprometió innecesariamente frente al profesor, solamente para demostrar el gran interés que tenía por su materia y así para que lo tome en cuenta. Inosuke se había integrado, a pesar de haber terminado con la tarea ese mismo día ya que al parecer estaba demasiado inspirado.
Luego de limpiar su habitación, la de su abuelo, de lavar los platos y de barrer la sala a una velocidad increíble, se dispuso a arreglarse para ir a la casa de su futuro cuñado. Se tomó mucho tiempo, pues debería ir presentable y así tal vez enamore más a Nezuko chan. Sonrió para sí mismo, cargó su mochila y salió disparado en dirección a su amor.
Cuando llegó a la casa fue sorpresivamente atendido por Nezuko chan. Eso significaba que estaban sincronizados, de eso no había dudas. La saludó con un beso en las manos y la miró con galantería. Nezuko sólo le respondió con una sonrisa nerviosa y lo invitó a pasar. Al ingresar posó nuevamente su atención en ella, se fijó en que estaba ocupada realizando algunas tareas que suponía ser de la escuela. Se ofreció incontables veces a ayudarla ante la negativa de Nezuko. Tanjirou bajó luego de escuchar algunos barullos en la sala, encontrándose a su amigo sentado en el suelo junto con los cuadernos de su hermana, tratando de ayudarla. Negó con la cabeza y lo invitó a subir con él a su habitación, así dejarían a la pobre Nezuko que lo miraba alarmada ante las reacciones de Zenitsu.
Tanjirou tomó a su amigo del brazo y lo llevó a rastras hasta su habitación, afirmándole que Inosuke ya había llegado y que lo estaban esperando de hace tiempo.
— Debiste haber subido al momento en que llegaste — le recriminó Tanjirou.
— Antes que nada, buenas tardes — respondió Zenitsu tratando de seguirle el paso a su amigo. — Nezuko chan tiene muchas tareas, solamente me ofrecí a ayudarle — continuó haciendo un mohín.
— No hace falta, nosotros también tenemos tareas — volvió a reclamarle Tanjirou. — En fin, entra y espera con Inosuke mientras traigo algunas botanas.
— ¿Gonpachiro, ya trajiste las papas? — preguntó Inosuke desde dentro de la habitación. — Oh, hasta que el Monitsu se dignó a venir. Mira, Monitsu, por tu culpa no he comido nada en todo el día — bramó con exageración — porque Sentarou quiso esperarte. —
— ¿mE PeRdo Nas? — respondió con sarcasmo sentándose a un lado de él.
— Te Perdo ono. Amigos por siempre — respondió Inosuke chocando su puño sobre su brazo, empujándole al suelo por la fuerza.
— Tu amistad es muy agresiva — Zenitsu se sobaba el brazo con una mueca de fastidio.
— Es que eres débil, Monitsu. Te falta odio. — respondió mientras una sonrisa desafiante curvaba sus labios.
ESTÁS LEYENDO
Profesor
Romance¿Qué manía había en todos para enamorarse de sus profesores? No podía creer que hasta su propio amigo caía ante el encanto de uno de ellos. La curiosidad lo llevó muy lejos, hasta que se encontró al final del camino con los sentimientos a brotes por...