Capítulo LII

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Inosuke trataba de bajarse del escenario, pero sintió un golpe en su costado, lo que provocó que cayera. Aquella persona no había tardado en lanzarse al chico que cantaba con entusiasmo. — ¡ERES TÚ, MALDITO! ¿CREÍSTE QUE TE SALDRÍAS CON LAS TUYAS? Inosuke trataba de zafarse de ese agarre, hasta que sintió cómo lo cargaban bruscamente y lo bajaban del escenario. La música seguía sonando, el dj no sabía si pausar o no, pero se había quedado estático observando la escena. Todos estaban callados y espantados, se asustaron aún más cuando vieron ese golpe que se ganó el cantante. Tanjirou buscó a Inosuke con la mirada, pero no logró ubicarlo debido a la gente que se aglomeraba en el escenario.

— A la medianoche en mis fantasías vi algo inalcanzable que trataba de alcanzarme a mí. Contra la tormenta o un lugar donde hay calor, tu tierna mirada más será mi vencedor. — sonaba aún la canción que opacaba los gritos de Inosuke.

Sanemi se alarmó al ver a su alumno siendo llevado por un desconocido y lo siguió con la mirada. Genya se sobresaltó y miró a los costados con desesperación. ¿Qué estaba pasando? El profesor de matemáticas se apresuró en seguir a ese intruso. — HEY, IMBÉCIL, ¿QUIÉN DEMONIOS ERES? — corrió detrás del chico que cada vez se alejaba más.

Tanjirou entró en desesperación y estiró a Giyuu para buscar a sus amigos. ¡¿Qué demonios pasó?! — se preguntó mordiéndose el labio inferior. No encontraba a Zenitsu ni tampoco a Inosuke, quien había desaparecido repentinamente del escenario. Lo escuchó quejarse, pero luego cuando volvió la mirada al escenario, ya no estaba. — ¿Dónde están? — abordó a Murata que seguía sentado en su lugar, sobresaltándolo.

— Zenitsu fue al baño, ya pasó un largo tiempo y aún no vuelve. A Inosuke... creo que alguien se lo llevó — dijo con el nerviosismo ganándole la batalla. Tanjirou quedó con la mente en blanco. Giyuu no perdía de vista a los hermanos Shinazugawa, por lo que pudo ver que Sanemi había salido del salón hacia el exterior. El de cabellos burdeos sintió cómo su pareja lo estiraba para empezar a caminar hacia la salida. 

Inosuke seguía forcejeando con ese chico, era el estúpido tipo de la gasolinera. ¿Qué demonios le pasaba para haberles seguido? — ¡Idiota, suéltame! — se quejó mientras usaba sus brazos para separarlo y darle un golpe. Se separó de él y trató de golpearlo, pero el chico era hábil y lo esquivó. Inosuke quiso volver a golpearlo, pero no alcanzó ya que se desplomó en el suelo luego de recibir un fuerte golpe en la nuca.

— ¡Eres un niño estúpido! ¿Acaso crees que dejaré que hagas lo que quieras, imbécil? ¡Me rompiste la maldita cabeza! — se quejó mientras se dirigía a su motocicleta. Iba a depositar al chico encima de su moto, pero sintió cómo alguien lo agarraba del cuello de su camisa para estirarlo hacia atrás. 

— ¡¿QUIÉN DEMONIOS ERES Y QUÉ CARAJOS QUIERES?! — exclamó un colérico Sanemi, que aún tenía agarrado a aquel chico. Este se zafó de ese agarre y lo miró con el ceño fruncido. Levantó el mentón y lo observó desafiante, seguía sosteniendo a Inosuke en su costado, quien estaba ya inconsciente. El profesor de matemáticas había visto cómo ese chico idiota golpeó a su alumno dejándolo en ese estado. Ah no, eso fue el detonante para hacer explotar al matemático.

Sanemi apretó los puños y no tardó en aplastarle la mejilla con un fuerte golpe, provocando que el chico soltara a Inosuke. — ¡TÚ ERES OTRO MALDITO! ¡NO TE METAS! — se quejó para empezar la pelea. 

— A donde el cielo y mar están en unión o a donde el sol se ve salir. En algún sitio hay alguien que me ve desde allí — la canción acompañaba la batalla que se llevaba a cabo. — Ya lo siento llegar, ya lo siento llegar, ya lo siento llegar. ¡Yo quiero un héroe... —

ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora