Capítulo XIII

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La semana había pasado en un abrir y cerrar de ojos, a veces preocupaba a Zenitsu, quien creía que el fin del mundo ya se estaba acercando y el tiempo ya no le daba tiempo para hacer algo honorable antes de morir. Se encargó de hacer el desayuno para su abuelo y para Kaigaku, que suponía que no se había marchado nuevamente. Se había levantado con mucha energía, estaba preparándose mentalmente para ir a la casa de Genya. El sábado había llegado muy rápido, y el día de entrega del proyecto de historia se acercaba más. Estaba un poco ansioso por eso, pero estaba seguro de que hoy armarían un plan. 

Dejó el desayuno en la mesa y esperó a que su abuelo y Kaigaku bajaran a comer. Lavó los platos sucios y preparó algunos postres para llevar a compartir con sus amigos. La última vez se había olvidado de llevar algo propio, pues iban a comprar del mercado, por lo que perdió su oportunidad de hacerles probar su postre estrella. 

Esperó en su habitación a que llegara la hora de salir, ¿debería llevar pijama? — se preguntó con una ceja levantada. ¿Era un pijamada? Solo verían la película, ¿debería quedarse a dormir? Eran preguntas que necesitaba responder.

Equipo 'No homo'

Hey

¿es una pijamada?

Cerdo afeminado:

— Jsjsj pijamada dice

— No lo sé

— Sería genial que lo fuera 

Tanjirou:

—  También estaba teniendo esa duda

Cerdo afeminado:

— Traigan sus cosas por si cualquier cosa

Eso no me asegura nada

Deberías escribirle a Genya

Cerdo afeminado:

—  ¿Y por qué no le escribes tú?

Porque tú hablas más con él

Tanjirou:

x2

Cerdo afeminado:

—  Entonces, Gonpachiro, deberías traer tus juguetes

—  ¡Que la vez pasada no jugamos con ellos!

*AY QUÉ RABIA*

Jsjsjs 

Llevo esmaltes de nuevo xdxd

Tanjirou:

— Ya no me humillaré de esa forma

—  >:u

...

—  Se supone que tenemos que trabajaaaaar con el proyecto.

Cuando llegó a la ubicación que le mandaron no se esperaba que el ambiente se sintiera tan desolado. Se quedó allí parado, dudando de si se trataba realmente de la casa de Genya. Miró su teléfono, que le indicaba que ya estaba en el lugar. Miró nuevamente la casa y caminó hacia ella con cuidado. Se paró frente a la puerta y golpeó dos veces. Se asustó al escuchar unos ladridos dentro. Quiso empezar a correr ¡los gruñidos sonaban tan mal! ¡¿Qué demonios tenían como mascota?! ¡¿Un monstruo?! — ¡MONSTRUO! — gritó al ver los colmillos llenos de salivas frente a él. Ya veía su vida pasar por sus ojos. 

ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora