7-. Die for a kiss.

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Después de haber ido por mí a la disquera de Maddox, parece que Ian se sintió celoso, aquel día tuvo que resolver un pendiente con la compañía por lo que tuvo que dejarme sola.
No le recrimino nada, sé lo pesado que es llevar una compañía y no me imagino la carga laboral que él debe llevar siendo el CEO, así que ese día dejé que se fuera sin ponerle peros. Ya tendremos toda la vida para vernos.

Dakota me ha hecho saber que la fiesta que organizó para Phoenix será en la casa de Maddox.
Tampoco puedo poner reclamos, ella es la novia y es quien ha organizado todo por su cuenta. Así que me da la dirección de su casa y me pide que este a las 5 p.m.
Le hago saber que estaré ahí puntual. Es fin de semana así que no tengo inconvenientes de estar a esa hora.
No es formal, así que decido un vestido Versace que llega a mis rodillas, flojo desde que cae de la cintura.
Tampoco me he maquillado mucho, pues sé que no es mi fiesta, que no soy yo quien debe robarse las miradas, así que solo pongo gloss en mis labios.

Voy a la dirección que me ha dado. Hampstead.
Llego a donde Dakota me ha hecho venir, esta no es una casa, es una mansión. El portón abierto me hace ver todo adentro.
Una arquitectura exquisita que me confirma que Maddox fue quien la diseñó.

Bajo de la camioneta, el vallet parking me pide las llaves para él estacionarla

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Bajo de la camioneta, el vallet parking me pide las llaves para él estacionarla. Se las doy y me da la bienvenida a la residencia.
Toco un par de veces, hasta que una mujer abre la puerta.
Nuevamente me da la bienvenida, pregunta mi nombre y se lo doy. Me avisa que Dakota me espera en la sala de música, me da las instrucciones pero con el flashazo que la casa me causa, me olvido de las instrucciones recordando solo una parte.

-Luego a la izquierda- me susurro porque me he perdido. Y eso que es el segundo piso. -¿O a la derecha?- me pregunto, se supone que en una de estas dos puertas están, he recorrido pasillos y subido escaleras como es posible olvidarme de unas simples direcciones. -Vamos Rose-

Abro la izquierda, no, no era esta, pues me llevo la sorpresa de que es el gimnasio y quien se ejercita es Maddox. Me arrepiento de inmediato de haber abierto la puerta sin antes tocar.

-Rose- me dice dejando la pesa en el suelo, se acerca un poco y yo retrocedo unos pasos

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-Rose- me dice dejando la pesa en el suelo, se acerca un poco y yo retrocedo unos pasos.

-Lo siento, de verdad, buscaba la sala de música- le digo, no titubeo aunque por dentro esté babeando.

H.e.r.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora