Terror en el Pinar, el fantasma con la cara de la Muerte

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Esa misma noche

Abraham había estado todo el día durmiendo. Estaba agotado después de haber estado jugando al LOL y de entrenar con su Psyduck y su Chimchar, el cual le había dado tanta guerra que ya no podía más. Tristemente, había perdido todo un día reposando, y ya quedaba menos para la fecha que se había impuesto para superar su primera prueba, vencer al líder de gimnasio de Cádiz.

Le despertó su teléfono que empezó a sonar, y mirando el reloj vio que eran más de las diez de la noche. Cuando cogió el teléfono, una voz inconfundible y solemne respondió.

-Buenas noches, caballero.

-Hola Álvaro - respondió Abraham bostezando.

-¿Ya estás dormido?

-Que va. De hecho, llevo todo el día durmiendo - reconoció sin darle importancia.

Álvaro soltó una risa extraña y hueca, como si aquel dato le satisficiera.

-¡Perfecto! - expresó con una voz que reflejaba ambición.

-¿Por qué? - preguntó Abraham extrañado.

-Verás, quisiera que me acompañaras a un sitio en pos de una misión. Necesito a un hombre listo como tú a mi lado.

-Ajá, pues lo que sea - confirmó con desgana - que ya me ha cabreado haber estado todo el día durmiendo. Vaya mierda.

Aunque no le importase demasiado retrasarse un poco, haberse quedado dormido por su propia irresponsabilidad le fastidiaba bastante. Y que un compañero le ofreciese la oportunidad de redimirse de alguna forma le convencía de sobra.

-Bien, pero puede ser peligroso - advirtió Álvaro.

-Qué me importa, si pasa algo me subo a un árbol - dijo Abraham despreocupado.

-Esa es la actitud. Pues vamos a ir al Pinar que está por aquí cerca, al lado del cementerio municipal. La gente no suele acercarse, y menos de noche.

-Sé cual dices, y me la suda bastante lo que digan. Si así puedo entrenar y encima atrapar a algún pokémon decente me servirá. Que ya va siendo hora de que atrape alguno, sí.

-Perfecto, me paso ahora por tu casa.

Que Álvaro le llamase a él para un proyecto así era lo más normal del mundo, dada la alta estima que le tenía. Abraham desde pequeño parecía un chico superdotado, resolvía todo tipo de enigmas con gran facilidad, y cualquier problema intelectual que le planteasen le parecía sin alicientes. Su problema, era que todo trabajo que debía realizar le suponía un esfuerzo sobrehumano. Salvo lo de subirse a los árboles, pues sentía gran admiración por los pokémon primates, quienes tenían una inteligencia muy similar a los humanos y eso llamaba su atención; y para asimilarse a ellos, cogió la extraña afición de subirse a los árboles siempre que podía (razón añadida a que eligiese a Chimchar como su inicial, pues era un "mono" de fuego).

Su inteligencia parecía venirle directamente de su padre, del cual no le hablaba nunca a nadie (ni de su familia), pero que había participado en la Liga Pokémon cuando era joven. A pesar de no haber ganado, el Gobierno español decidió darle un puesto como agente dentro del CNI (Centro Nacional de Inteligencia) y hacía años que trabajaba lejos de casa; pero cada vez que volvía, estaba todo lo posible con su hijo menor, proponiéndole todo tipo de retos intelectuales para ponerle a prueba y comprobar hasta dónde era capaz de llegar con su mente.

Como premio por resolver todos sus desafíos y para incitarle a seguir sus pasos , su padre decidió regalarle un Psyduck a los 12 años, el cual parecía simple y hasta tonto a simple vista, pero que en realidad tenía una gran inteligencia e intelecto; exactamente como el mismo Abraham, pues su inexpresividad y aspecto desaliñado le daban apariencia de flojo y cortito.

Pokémon Hispania Parte UnoWhere stories live. Discover now