Pokémon Hispania Parte Uno

El Despertar de los Fósiles Carnívoros

Paralelamente al Flojo Superdotado y al Bruto Justiciero; Sebastián, el Pasota Estratega, se había ido con el Doctor Carlo de Bernardi para compartir más rato junto a él. Ambos habían permanecido en plena playa contemplando el mar del atardecer cuando salieron de la cueva.

-Bueno, ya ha conseguido lo que quería por aquí, ¿cuál es su siguiente parada en su investigación? – le preguntó Sebas con curiosidad.

-Después de esto tengo que investigar por mi cuenta, pero justo después tendré que ir a Granada, a mostrarle mis resultados al dirigente científico de la empresa, que trabaja allí.

Sebastián reflexionó rápidamente sobre cual era su itinerario de viaje, y no le venía muy bien.

-Así que Granada eh, no está en mis más próximas paradas, pero quizá en un mes pueda ir.

-Sin prisa, tómate tu tiempo en tu viaje que es importante. Seguramente esté mucho más tiempo investigando desde allí.

-¿Sabe ya que pretenden hacer con toda esta información sobre Lugia?

-La verdad es que no, pero sé que ese científico que está al mando es un hombre de fiar. No te puedo decir de quién se trata porque es un proyecto secreto, pero sé que tiene buenas intenciones con todo esto. Sin embargo, y aunque no te voy a decir por qué, es posible que le conozcas en un futuro cercano.

Sebastián no entendió en ese momento a quién podía referirse. Se suponía que era una persona con la que podría cruzarse próximamente, pero dado que le advirtió que no debía revelar información, decidió no pensar en ello para no meter en ningún lío al Doctor Carlo.

-Dime Sebastián, ¿no estabas interesado en conseguir un fósil como esos compañeros tuyos?

-Al principio sí, pero como todos los pokémon prehistóricos son de tipo Roca, y que acababa de atrapar un Onix... no lo consideraba adecuado – respondió Sebastián despreocupado.

-Impresionante, eres muy inteligente la verdad. No me equivoco cuando aseguro que tienes un gran futuro profesional por delante.

A Sebastián se le iluminó el rostro al oír aquellas palabras. No le solían importar los elogios, porque solían reafirmar algo que ya sabía o que acababa de hacer. En aquel momento, viniendo de boca de un hombre al que admiraba por sus logros y visión del mundo, lo que sintió dentro de él fue una mezcla de esperanza e ilusión.

-Muchas gracias – respondió algo sonrojado –, y sino, siempre me queda el dinero y el restaurante de mis padres – añadió cómicamente.

-Para que eso no pase, tendrás que trabajar duro para lograr tu sueño de convertirte en miembro del Alto Mando. A ver si crees que yo he llegado donde estoy ahora simplemente por ser inteligente y bueno en lo mío. Tuve que estudiar y trabajar para desarrollar todas mis teorías y proyectos que me han llevado hasta donde estoy.

<<Por un momento me ha parecido escuchar a Yago dándome consejos de cómo hacer las cosas. Yo siempre le digo que debe relajarse un poco porque se lo toma todo demasiado en serio... siempre de va de Líder Determinado, de Lobo Alfa, a la hora de tomar sus decisiones. Pero debo admitir que suele tener razón... casi siempre. Por suerte soy de las personas cuyos consejos más aprecia, supongo que es porque soy de las personas que más aprecia a su vez. Soy su "mejor amigo" después de todo>> estuvo reflexionando Sebastián durante un rato.

-¿Sebastián? – le llamó su atención el Doctor preocupado - ¿Estás bien?

-Sí, perdone, me había quedado pensando en lo que me había dicho.