Búsqueda en Baelo Claudia, el Mito del Mar se hizo Realidad

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10 de octubre de 2016

Estaba listo, cabreado y recuperado de la paliza recibida. Manuel se levantó bien temprano para prepararse a fondo la excursión a Baelo Claudia.

Se había tomado la libertad de informarse sobre el sitio, pese a haber visitado dicho sitio histórico previamente en excursiones escolares.

Baelo Claudia era una antigua ciudad romana situada en la Ensenada de Bolonia, a 22km al noroeste de Tarifa. Inicialmente, la ciudad nació en el siglo II a.C. sobre un asentamiento fenicio-púnico; alcanzó gran esplendor poco después de ser nombrada municipio por el emperador Claudio. Desgraciadamente, entró en decadencia después de que un maremoto la arrasara en el siglo II d.C., y acabó siendo abandonada totalmente en el siglo VII d.C.

Desde hacía casi un siglo, la ciudad se convirtió en terreno de investigación arqueológica. No fue sino hasta 1966 que se realizó un gran hallazgo entre las ruinas de la ciudad, los fósiles pokémon.

Estos fósiles no eran simples rocas con restos de pokémon que murieron hacía cientos de años, sino restos del ADN que pueden ser estudiado y replicado. No habían sido los primeros que se hubieran hallado en el mundo, luego gracias a los avances científicos de las últimas décadas por parte de varias naciones, en 1970 ya se pudo traer a la vida a pokémon extintos a partir de estos fósiles en el país.

Debido a este logro, los entrenadores, y los Gobiernos, vieron una gran oportunidad de hacerse con pokémon realmente poderosos. Teniendo en cuenta que los pokémon obtenidos por fósiles se habían descubierto mucho antes en Estados Unidos, y que los entrenadores de allí ya tenían permiso para quedarse con ellos, en España se les dio también libertad a los entrenadores siempre y cuando estos encontraran los fósiles, ya que no había tantos en el país y eran bienes muy preciados por distintas entidades.

Con toda esta información, Manuel se convenció de ir allí y obtener un pokémon así de poderoso, porque quería ser lo suficientemente fuerte para hacer frente todos los que incumplían la ley; para derrotar a Adrián, a Yago, a Sebas...; pero también porque solo tenía tres pokémon en total.

Las palabras de Yago y Paula, así como las acciones de Adrián, le habían hecho ver a Manuel que no debía tratar a sus pokémon como simples armas como él pensaba que debían usarse, sino que debía tratarlos con el debido respeto y hasta con el mismo cariño que a un amigo, aunque para él fuese imposible en un inicio, básicamente porque no tenía amigos o no sabía cómo tratarles.

Con todo lo ocurrido, Manuel estaba lleno de dudas, y no le quedó otra que consultarle a su padre, el Jefe Superior de Policía de Andalucía Occidental, Don Armando Ugarte. Era un hombre de baja estatura, pero sus rasgos físicos, así como su complexión, expresión facial o gestos corporales le hacían un hombre a quien respetar con su mera presencia. Se parecía a su hijo, pero era mucho mayor, pues tenía sus buenos 53 años, remarcado por su pelo canoso y su piel bronceada pero estropeada por pasar largos periodos bajo el sol.

Desde pequeño, Don Armando le había inculcado a su hijo Manuel su firme sentido de la justicia, lo cual le había marcado toda su infancia hasta la actualidad. A causa de estos ideales, Manuel no era capaz de ver cómo incumplían una sola regla; incluso en el colegio, siempre que veía a alguien copiar en un examen, no vacilaba y lo comunicaba abiertamente al profesor, ganándose el odio de muchos compañeros, como Sancho.

No obstante, desde que entró en el instituto, su padre le permitió que le acompañase durante alguno de sus trabajos, como en investigaciones y detenciones, para que viese como trabajaba un defensor de la ley. Al ver su desempeño y entusiasmo, su padre decidió prepararle para que fuese entrenador pokémon, pues él mismo lo había sido en su juventud, sin mucho éxito, y quería que su hijo fuese mejor que él. Como Manuel aceptó con orgullo, y se propuso seriamente convertirse en un poderoso entrenador pokémon, su padre le regaló su leal Growlithe, pokémon que suelen usar los policías como acompañantes, y demostrar su compromiso con la ley. Desde entonces, Manuel tuvo en mente ser un entrenador fuerte e implacable con todos.

Pokémon Hispania Parte UnoWhere stories live. Discover now