Pokémon Hispania Parte Uno

Capturas por Medina, temblores en la Mina del Berrueco

2 de octubre de 2016

Ya había pasado más de un día desde su combate de gimnasio contra la líder de gimnasio Marina. Cris pasó el día posterior durmiendo, relajándose después de los nervios que había tenido antes del combate.

Pocas veces se había sentido tan inseguro como antes de entrar por la puerta del Castillo de San Sebastián, ni mucho menos al plantarse delante de la Líder de Gimnasio, y decirle su nombre con la voz más titubeante y apoquinada que recordaba. Por suerte, Marina le dejó claro quién era ella y cuál era su deber como Líder cuando vio a simple vista el estado emocional del aspirante.

Le bastaron unas pocas palabras y una muestra de su poder al inicio del combate para dejarle en claro a lo que se tenía que enfrentar para poder continuar hacia su meta. El problema era, que no sabía cuál era su meta, ni mucho menos cómo alcanzarla.

Desde un inicio, su intención al convertirse en entrenador era superar todas sus carencias como persona, volviéndose fuerte junto a los pokémon que iba a capturar y entrenar, ya que desde pequeño siempre se había considerado débil a todos los niveles. Había empezado su viaje y ya había capturado y entrenado a un par de pokémon a quienes ya consideraba amigos, pero no sabía cómo hacerlo para mejorar más o si ya lo estaba haciendo bien, dadas sus inseguridades a la hora de tomar prácticamente cualquier decisión.

Afortunadamente para él, Marina no se guardó nada y fue a por él con todo lo que su nivel le permitía, demostrando el nivel que ella, como Líder de Gimnasio, le exigía a sus aspirantes. Fue entonces, cuando Cris descubrió que se había vuelto mucho más fuerte de lo que imaginaba.

Al inicio del combate, se asustó de la tétrica figura de medusa de Frillish, y no sabía cómo hacerle frente porque no creía tener el nivel que Marina le había dicho que debía tener para vencerla; pero para su sorpresa, Ralts, estando en desventaja de tipo de Psíquico contra Fantasma, logró usar su poder mental, y un ataque eléctrico que había procurado enseñarle previamente, para derrotar a su primer enemigo casi sin problema.

Aquello le dio confianza suficiente para poder continuar hasta el final, y aunque estuvo a punto de venirse abajo cuando Poliwhirl derribó de un solo golpe a Ralts, logró salir adelante y ganar aquel combate gracias al poder que había alcanzado tras entrenar duramente junto a su Pokémon inicial evolucionado, Dartrix, quién de dos ataques de tipo Planta, dejó fuera de combate al renacuajo luchador.

Pese a la primera impresión que le había causado, Marina rectificó y se dio cuenta de que Cris era mucho más fuerte de lo que creía, pero tenía un problema mucho mayor que la falta de poder; y es que Cristóbal Merino, carecía de confianza en sí mismo. 

La Líder de Cádiz le entregó la Medalla de la provincia, pero no sin antes hacerle entrega de la MT Surf, y darle el consejo con el que trataría de guiarle hacia su siguiente objetivo: "Eres fuerte, pero no crees en ti mismo. Si quieres ser fuerte, primero tienes que dejar de dudar si todo lo que haces está bien o no. Debes ser capaz de tomar decisiones que sepas que te van a ayudar a progresar, aunque tampoco digo que debas hacer lo primero que se te ocurra. Lo que digo es, que si sigues dudando tanto, tu progreso no va a ser el que quieres conseguir. De todos los que me habéis desafiado hoy, tú tienes un nivel bastante alto, pero como no cambies tu actitud, no tardarás en verte detrás de todos ellos, pues ninguno tenía una carencia tan agravante como la tuya (aunque alguno se pasa de listo). Así que si quieres vencerles a ellos, y a todos los que se planten en tu camino, debes empezar a creer en ti mismo, porque tienes un gran potencial, y yo sí que creo que puedes llegar a lograrlo. Así que mucha suerte en tu viaje, Cristóbal Merino." 

Ciertamente era un buen consejo, pero era fácil de decir para ella, quien no sabía por lo que el joven extremeño había pasado en su infancia con sus padres, quienes le rechazaron y prácticamente le dieron de lado como sino fuera hijo suyo; aunque tampoco quería contárselo allí mismo para que no sintiera más lástima por él.