Todos tenemos un alma gemela, algunos sueñan y esperan encontrarla, pero, ¿que si solo los seres sobrenaturales pueden sentir cuando encuentran a su compañero?
Katherine sin buscar encontró a su alma gemela, pero, ¿que si él no la quiere por estar...
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El temblor en mi cuerpo no pasó desapercibido por nadie y menos por Enoch que al instante me abrazó con fuerza, tratando de tranquilizarme y tranquilizarse en el proceso.
— Yo... Lo siento, debí hacer algo— sollocé contra el pecho de Enoch.
— No, no fue tu culpa. Fue culpa de Jake, él con Allison trajeron a Barron.
— No, Jake no fue.— dije con convicción, me separe de su cuerpo y él secó mis lágrimas.
— ¿Como así? ¿Por que lo dices así, como si estuvieses convencida?
— Por que mamá y la abuela...— me interrumpió el sonido de la puerta, seguido de eso Jake fue lanzado a la habitación, y Allison entró por su voluntad.
— ¡Bu!— se burla, los niños jadearon con miedo mientras daban un paso hacia atrás con miedo. Gruñí mientras me ponía delante de los niños, preparándome por si tenía que gritar.
— Traté de lastimarlos y juro que no me haré responsable— amenacé, él por un momento se vió asustado por el tono que había utilizado pero después volvió a esbozar esa asquerosa sonrisa cínica.
— Eres Katherine ¿No?— Sus brazos se cruzaron.
— ¿Si es así que?— lo rete, la señorita Avocet me indicó que guardara silencio, la ignore.
