Pide tres deseos, si los dos primeros no se te conceden, quizás el tercero si,....
Aviso. Esta historia es G!P....
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Eran las nueve de la mañana cuando Piper bajo de su auto para entrar en su oficina, ya Red, su amiga y asistente a quien quería como una madre, la esperaba con una taza de café y por supuesto su amplia sonrisa.
—Buenos días mi Rubia preciosa, ¿cómo amaneciste hoy?
—Hola Red, pues como ha de ser, nerviosa, hoy tengo que ir a ya sabes dónde. Tomo la taza para sentarse detrás de su escritorio aun con el semblante nervioso.
—Haber, ¿y por qué nerviosa? Es tu trabajo, tienes que devolverle el cheque del anticipo que te dio, además, esa chica no te es tan indiferente, es más desde que la conociste nunca lo fue, es tu momento Piper. La sonrisa pícara apareció en el rostro de Red.
—Por todos los cielos Red, que cosas dices. Se avergonzó, pero sus mejillas la delataron.
—A quien quieres engañar, ¿porque a mí no? No te conozco de ayer Piper, soy vieja y sabia, puedo leer en tus ojos que mueres por ella, ¿qué te detiene? Solo Red sabia de su debilidad por ella.
—Como si no lo supieras. Le lanzo una mirada de molestia.
—Joder contigo, eso termino, tienes el camino libre. Se acercó a ella, la tomo de la barbilla para que la mirara—Es momento de que pienses en ti, en ser feliz, solo de recordar por todo lo que pasaste, me da una rabia. Piper tomo su mano para acariciarla con cariño.
—Guárdate tu rabia, lo importante es que todo eso quedo en el pasado, mírame, míranos, resurgí, volví a ser la misma de antes, tengo lo que quiero. Levanto los hombros.
—Aja, tienes lo que quieres, te falta el amor Piper, y si ese amor esta en ella, pues aviéntate, y si no pues pasala bien, por lo que me han dicho es algo reservada, será por su.... Prefirió callar
—Se a lo que te refieres, eso para mí no es ningún problema, solo con verla se me cae la baba. Red sonrió.
—Solo la baba, yo diría que también las bragas, porque sostén nunca usas. Soltó la risotada, Piper la acompañó riendo abrazándose a ella.
—Ay Red, no sé qué sería de mi vida sin ti a mi lado, eres como mi segunda madre. La abrazo dejando un beso en su mejilla.
—Pequeña, sabes que te quiero como una hija, no me gusta ver cómo pasan los días y tú solo trabaje y trabaje, date un tiempo para ti, goza y deja que te gocen, quiero que tu corazón lata de nuevo, y que mejor que con ese monumento que se está desperdiciando, tú amiga fue una idiota al dejarla solo porque su familia no soporto tuviera ese algo que la hace única y especial.
—Oye ¿tu como sabes tanto?
—Se te olvida que mi Nicky no solo es su colega, también es su amiga, y bueno...
