Capítulo 22: Mi fé en los hombres depende de ti.

250 30 7
                                    

Lydia

Lavo mis manos que están llenas de harina y Cheetos y me hago a un lado para que Dylan lave las suyas. Tomo un rollo de sushi con cuidado porque con las "manos de mantequilla" que tengo no quiero tirarlo al suelo, y lo llevo hacia la cacerola de aceite.

Pero no logro ponerlo a freír porque de pronto tengo a Dylan detrás de mí, con su mano derecha rodeando mi muñeca.

-¿Estás loca? -sus palabras golpean mi nuca.

Sigo sosteniendo cuidadosamente el rollo de sushi pero teniendo a Dylan pegado a mi espalda está haciendo el trabajo difícil.

Siento como mi piel se eriza y espero que él no se dé cuenta de eso.

-¿Qué? -trago saliva y tomo una buena respiración tratando de que sea silenciosa. Me doy media vuelta y encaro a Dylan que está demasiado cerca. Inconsciente, miro sus labios al mismo tiempo que él se pasa su lengua por su labio inferior.

Después él mira hacia su mano en mi muñeca, me suelta de repente y da un paso hacia atrás.

Se aclara la garganta. -No puedes acercarte a la cacerola con aceite con las manos goteando de agua. -me quita el rollo de sushi y me da una toalla para secarme.

-No están goteando... no tanto. ¿Y... y eso qué? -no hagas obvios los nervios. Me digo.

-¿Y eso qué? -repite mi pregunta. -Si cae una sola gota de agua va a saltar el aceite y vas a quemarte. -pone cuidadosamente el rollo de sushi en la cacerola y toma unas pinzas para darle la vuelta.

-Ya sé que el agua hace que el aceite salte. Pero mis manos no estaban goteando tanto... -lo observo mientras cuida que el sushi no se queme.

-Una sola gotita basta.

-Ok... ok, es cierto. Soy una tonta. -admito.

-No, no eres una "tonta", solo necesitas tener más cuidado. -me mira. -Perdón si te asusté.

No, Dylan. No me asustaste, me pusiste nerviosa, hiciste que mi piel se erizara... y que me diera calor. Claro, no lo digo en voz alta.

-¿Quieres intentar poner uno? -pregunta.

-Si, pero no me hagas exaltarme, por favor. -le paso un plato que ya habíamos preparado con servilletas absorbentes y él pone el sushi frito ahí.

Esta vez, mis manos están completamente secas, tomo un rollo y lo pongo con cuidado en la cacerola, trato de no soltarlo a lo loco porque saldría la misma, el aceite brincaría y me quemaría.

Dylan me da las pinzas y me indica cómo darle la vuelta.

-¿Cómo le haces cuando fríes papas congeladas? Tienen hielo. Hielo = Agua. -pregunto.

-Nunca compro papas congeladas. Si voy a hacer papas a la francesa, corto papas.

-Claro, debí suponerlo. -giro los ojos. -Pero hay personas que si compran papas congeladas. ¿Cómo le hacen?

-Con cuidado -responde con una sonrisa burlona.

-Vaya, que respuesta. Eres un genio, un master.

-Gracias.

Terminamos con el sushi, trato de rebanarlo pero soy un fiasco cortando sushi, Dylan lo hace por mí.

Llamo a Malva cuando terminamos y comemos en el comedor.

-Puedes llevar tus cosas a mi cuarto... bueno, no es mi cuarto pero...

-Es tu cuarto. -dice Dylan.

Casuality or Causality? (TERMINADA)Where stories live. Discover now