Capítulo 40: Podemos pasar juntos las navidades.

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Lydia

Dylan sale del baño y no es mi imaginación, les juro que mi estómago comienza a calmarse.

Me levanto del suelo y jalo la palanca del retrete. Me lavo la cara y los dientes muy bien... espero unos minutos y hago ejercicios de respiración antes de salir del baño.

Dylan está acomodando las cobijas de la cama para que yo pueda acostarme de nuevo, Tobbey está esperando en el suelo el momento en que pueda subir a la cama otra vez.

Tomo la botella de Gatorade y le doy algunos tragos. Sabe horrible después de lavarme los dientes pero me hará bien.

Cuando la cama está lista, Dylan asiente hacia ella. Ahora está completamente serio, ni siquiera me mira.

Me siento en la cama, recargándome en las almohadas y tapo hasta mi cintura.

Dylan está acomodando lo que compró en la farmacia sobre el buró, asegurándose de que todo esté a mi alcance.

-Perdón por hablarte así... es que... no quería que me vieras mientras vomitaba.

Dylan asiente pero no me mira ni dice nada.

Tomo su mano para que deje lo que está haciendo y logro que me mire.

-Te agradezco mucho, sé que querías ayudarme... -respiro hondo, otra vez el cosquilleo en el estómago pero ya no tengo nauseas. Debe ser porque mi estómago está ahora completamente vacío y no queda nada más por expulsar. -pero era asqueroso, no quería que vieras eso.

La expresión de Dylan se suaviza un poco y ya no se ve molesto. Se sienta sobre la cama, a un lado de mí.

Acomoda su mano, esta vez entrelazando nuestros dedos. Y yo no puedo apartar mi vista. 

Nuestras manos se ven bien, juntas.

Debería confesarle que me gusta y ver qué pasa. De todos modos, somos amigos. No me echaría de su departamento solo porque no siente lo mismo por mí.

-No te preocupes. Supongo que... a ninguna mujer le gusta que la vean en una situación así, no importa quien sea.

-Jamás. A veces nos avergonzamos si nos ven sin maquillaje, que nos vean vomitando es humillante. -digo.

Dylan se ríe y me mira. Siento su pulgar acariciando mi mano, ahora lo que no puedo dejar de ver son sus ojos.

Me gusta, me encanta, lo adoro, me vuelve loca. Ahora, ¿Cómo lo digo en voz alta?

Su pecho se infla en un suspiro y luego mira mis labios. O eso creo, tal vez es solo mi imaginación. Quizás ya estoy delirando por lo débil que me siento porque también parece que se está inclinando hacia mí. Como si fuera a besarme.

Rayos, puede que esté soñando justo ahora, tal vez me desmayé. Debería solo disfrutar este sueño y ver cómo sería si Dylan me besara de verdad...

Hay un sonido, creo que es mi teléfono.

Ok. No es un sueño. Dylan de verdad iba a besarme.

Suelta mi mano, voltea hacia el buró y toma mi teléfono. -Es Malva.

-Rayos. Íbamos a ir al súper. -agarro mi teléfono y contesto la llamada. -¿Hola?

-"¿Hola?" -me arremeda. -Dijiste que ibas a llamarme cuando estuvieras lista. Ya voy para allá, más te vale estar en la acera esperándome.

-No puedo, Malva. Estoy enferma, tengo vómito y fiebre.

-¿En serio?

-Si, anoche cené mucho y ahora me siento muy mal. Creo que no podré estar en la cena. -reviso la hora en la pantalla. ¡¿Ya son las 5?!

Casuality or Causality? (TERMINADA)Where stories live. Discover now